Brasil va viento en popa y a toda vela. Es cierto que el rival de este martes era Túnez, pero la 'Canarinha' volvió a demostrar una versión goleadora excepcional, liderada por Neymar y con un Raphinha estelar que anotó dos goles y dio una asistencia.
Tuvo poca chicha competitiva el duelo contra una Túnez mundialista que plantó cara hasta que el rodillo amarillo le sobrepasó. Y hubo minutos de absoluta locura, sin defensas y muchos goles, como el de Raphinha a los diez minutos, con un cabezazo inmejorable a centro de Casemiro.
La respuesta, sin embargo, de Túnez fue inmediata: centro a balón parado de Slimane y testarazo impecable de Talbi que dejó descolocada a la Selección Brasileña. Pero un minuto después, apareció el bueno de Richarlison, a pase de Raphinha, para controlar y rematar en el área. Como un buen 'killer'.
En esa celebración del futbolista del Tottenham, junto a sus compañeros, un plátano cayó de la grada del Parque de los Príncipes, enfureciendo aún más a los futbolistas de Tite. Instantes después, Neymar fue acosado por un montón de láseres en la cara... y en la casa del PSG.
Sobre el 28' de juego, Casemiro fue derribado dentro del área y Neymar aprovechó ese penalti para firmar el 3-1 y encarrilar el encuentro. Se había abierto la veda de los goles y, apenas diez minutos después, el azulgrana Raphinha sorprendió con un zurdazo directo a las redes de Túnez desde la frontal del área.
Para más inri, entre tanta excitación, Bronn se fue expulsado con roja directa por una entrada a la rodilla feísima ante Neymar. Al descanso se llegó con el duelo finiquitado, superioridad numérica a favor de la 'Canarinha' y mucha tensión encima de la mesa.
Ya en la segunda mitad, Brasil continuó dominando, aunque con un ritmo de juego mucho menor. El futbolista de Flamengo Pedro se estrenó con la Absoluta para la 'manita' y Túnez acabó claudicando en una ciudad de París que vuelve a quedar en evidencia por lo negativo, como ya ocurriera en la final de la Champions.