A veces, en Internet se exageran las cosas para atraer lectores. Pero lo que se vio en el Inter-Sassuolo supera cualquier titular, descripción o imagen que podamos ofrecer.
El Inter empezó perdiendo, pero logró irse al descanso con ventaja en el marcador tras la remontada orquestada por Lukaku y Biraghi. Y, en el segundo tiempo, pudo llegar el 3-1. Tuvo que llegar el 3-1.
En el minuto 63, Lukaku probó suerte ante Consigli. El meta le adivinó las intenciones y despejó, pero la bola fue a parar a los pies de un jugador del Inter. Era Gagliardini. Y ya nadie podía evitar el gol.
Solo lo podía hacer el propio Gagliardini. Y así lo hizo. Inexplicablemente, pero lo hizo. Con el portero en el suelo, con la portería libre para él y sin defensa alguno alrededor que le molestara. Y el italiano mandó la bola al larguero.
Para colmo, el Inter se dejó dos puntos en la recta final. El Sassuolo logró empatarle a dos y, tras el tanto de Borja Valero en el 86', volvió a reponerse para igualar en el 89'.