Increíblemente, el equipo de Fernando Hierro pasó bastantes apuros ante un equipo que, sobre el papel, era bastante inferior. Por la mínima, con un tanto de rebote y pidiendo la hora, los números demostraron por qué las sensaciones no fueron buenas.
Ante semejante reparto de posesión, la lectura debería ser la de que un equipo avasalló al otro pero, por falta ocasiones claras, no supo hacer cristalizar la diferencia de manera más holgada.
Horizontal y en zonas donde no hacía daño, faltaron recursos para romper el férreo planteamiento rival. Apenas Isco encontró alguna rendija ocasional.
Y, aunque, según los datos de 'BeSoccer', España tiró 18 veces, por los siete remates de los pérsicos, y que Irán no tiró entre los tres palos (por cinco de España), el miedo en el banquillo hispano siempre estuvo presente.
Especialmente tras el 1-0, cuando los de Queiroz dieron un paso al frente y llegaron a causar zozobra en el área de De Gea. No en vano, incluso llegaron a marcar, aunque el tanto estuvo bien anulado por el colegiado uruguayo.
Tras todos los problemas para abrir la lata, y lejos de calmarse, el 0-1 desdibujó a una selección que se marchó victoriosa pero con muchas dudas a pesar de que casi siempre tuvo el balón en su haber.
De hecho, en la primera mitad llegó a superar el 80%. Ciertamente, en ese tramo el equipo de Carlos Queiroz se limitó a un plantamiento ultraconservador que por momentos llegaba a tener a sus once jugadores metidos en su propio campo, y bastantes de ellos encerrados en el área.
La FIFA, por su parte, acabó atribuyendo un 70% de absorción del esférico al conjunto español.
Posesión, pases, remates...#ESP buscó la vía,
— Copa Mundial FIFA (@fifaworldcup_es) 20 de junio de 2018
y encontró la recompensa.#IRNESP #Rusia2018 pic.twitter.com/QSpdzyUSyx