Ni el 'Tete' puede con los gritos de los niños del Barça

En muchos territorios de España, al chupete se le conoce como el 'tete'. Y fue Tete Morente el que acalló los gritos de revolución de los niños del Barça por un momento, pero estos escupieron esa mordaza y acabaron sacando un triunfo que costó mucho más de lo esperado. El juego de palabras estaba en bandeja.
Pocos iban a imaginar que los azulgranas necesitarían de los últimos minutos para resolver un encuentro que tenían controlado poco después de empezar. Y es que los de Xavi dejaron uno de los mejores primeros tiempos y obtuvieron un 2-0 que parecía suficiente. Pero no lo sería.
Sorprendió la titularidad de un Ferran Jutglà que apenas tardó 16 minutos en darle la razón a su alineador. En el 2', ya le anularon un gol por fuera de juego. Y poco después, tras un mal control que le habría dejado solo ante Édgar Badía, logró celebrar un tanto con todas las de la ley. El joven jugador 'culé' marcó el 1-0 con un cabezazo certero al segundo palo tras un córner. El tanto hacía justicia a un inicio dominante de los locales.
Y solo tres minutos más tarde, el Camp Nou ya celebraba el segundo. Fue Gavi, otro 'bebé' azulgrana, el que puso su firma en el marcador. Y lo hizo con un auténtico golazo: se plantó en la frontal tras irse de dos rivales. Al primero, lo regateó con un control orientado precioso y al segundo lo dejó clavado con un buen engaño. Acto seguido, se sacó un derechazo raso que, tras tocar Édgar Badía, acabó en el palo y dentro de la portería
Parecía que, por una vez, le empezaban a salir bien las cosas al Barça este año. De hecho, el resto del primer tiempo fue un paseo controlado. Hubo acercamientos del Elche con cierto peligro, pero estuvo más cerca del doblete de alguno de los jóvenes 'culés' que el 2-1.
El peligro del Elche llegó, especialmente, a balón parado. También pudo hacer daño en algún contragolpe, pero no atinó en la última decisión. Tampoco estuvo nada fino Roco, que falló dos remates más que fáciles en el área contraria. Se notó demasiado que no suele tener mucha relación con el gol el central chileno de los visitantes.
En el 26', De Jong no logró rematar de primeras un buen balón filtrado de Dembélé. El '7' hizo lo que solía hacer Messi: apareció por todos lados, se metió por dentro en busca de la bola y fue el motor de los suyos. No marcó ni asistió, pero no lo necesitó para ser uno de los destacados del partido. Nutrió de muchos balones interesantes a su equipo, además de dejar alguna escapada por la banda marca de la casa.
El propio Dembélé y Abde tuvieron dos ocasiones, una en cada perfil del área, antes de que bajase sobremanera el 'tempo' del partido. Esas llegadas y un remate de primeras de Gavi que taponó la defensa trastocaron la serenidad en la que se sumió el primer acto en sus últimos minutos de vida.
Tan bien pintaba la tarde-noche en Barcelona que a alguno le extrañaba. Y tan, tan bien pintaba que acabó por fastidiarse. El gran culpable fue un Tete Morente que, en menos de 60 segundos, fabricó dos goles para que el Camp Nou cambiase las sonrisas por sorprendidos lamentos.
Antes de que todo cambiase, Lucas Pérez casi aprovechó una horrible cesión de Jordi Alba a Ter Stegen con la cabeza y Édgar Badía evitó que Jutglà firmase su doblete con una buena estirada a su disparo en el área.
Si en el 62' todo eran risas y apuestas de saber en qué minuto llegaría el tercero o si alguno de los goleadores haría doblete, dos minutos después muchos miraban anonadados el 2-2 que lucía en el marcador del Camp Nou.
Tete Morente, que entró al descanso, puso patas arriba el partido en menos de 60 segundos. Fue ese chupete que convirtió la sonora alegría de los jóvenes azulgranas en una siesta que apenas duró un minuto, pero que le pudo costar muy cara a los azulgranas.
Los llantos comenzaron cuando, en el 62', el ex del Málaga hacía el 2-1. Recibió un balón al espacio en un contragolpe, se metió en el área y fusiló a un Ter Stegen del que no diremos que pudo hacer más (pudo, pero no fue tan flagrante) pero que paraba mucho más en cualquier tiempo pasado.
Sin tiempo para nada, los lamentos se volvieron cascadas de lágrimas unos 40 segundos más tarde. El propio Tete apuró la línea de fondo y sacó un centro pasado que llegó hasta un Pere Milla completamente solo en el segundo palo. Su remate lo pudo sacar un Ter Stegen que fue al suelo cerca del palo, pero antes habría que analizar la soledad absoluta del jugador del Elche en el área.
La empanada dejaba al Barcelona noqueado en una de sus mejores tardes. Con algo menos de media hora por delante, Xavi intentó levantar a su equipo de los dos mazazos seguidos que había encajado. Una de sus decisiones fue meter a Nico en el 72', un cambio que sería clave en el partido.
El canterano quiso sumarse a los goleadores con números del filial. Si el '29' hizo el 1-0 y el '30' marcó el 2-0, sería el '28' el que resolviese la papeleta con un tanto en la recta final del encuentro.
Corría el minuto 85 cuando el Barça, que se volcaba cómo podía sobre el área de Badía, encontró el camino del gol. Gavi recibió un pase al límite del fuera de juego y, de primeras, supo que tenía la solución dentro del área. Allí esperaba Nico, quien, también al primer toque, remató un balón que se coló en la portería, cerca del palo derecho de la meta de Édgar.
La celebración de Nico, resoplando, fue la mejor definición gráfica del partido. El Elche, que tampoco hizo mucho más que tener acierto en su minuto mágico, se iba de vacío tras casi estropearle una de sus mejores tardes a un Barcelona que, pese al triunfo, sigue muy lejos de lo que todos demandan del club catalán.