La Copa, para los equipos de Primera, es para los suplentes. Al Valencia le tocó el 'gordo' en el sorteo de octavos, siendo emparejado con el único superviviente de Segunda, pero no dio la talla.
En un once con varios suplentes, los menos habituales no estuvieron a la altura de las circunstancias. Batshuayi y Gameiro desperdiciaron una oportunidad de oro para reivindicarse.
El Valencia lo intentó. Le puso ganas, y durante los primeros minutos del encuentro dispuso de varias ocasiones de peligro, pero también el Sporting, lejos de querer ser una mera comparsa en este encuentro.
El primer cuarto de hora fue un auténtico intercambio de golpes, en el que ninguno de los dos equipos fue capaz de hacerse con el mando del partido. A este arranque de locura le siguió lo que parecía que iba a ser el guión del encuentro.
La banda izquierda del Valencia empezó a carburar. Gayà y Kang In Lee se encontraron y se pusieron a jugar. Gameiro les acompañó en sus ataques, y bien con uno, bien con el otro, llevaron el peligro a la meta de Dani.
Pero el portero sportinguista detuvo cada disparo del Valencia dirigido hacia su arco. Los de Marcelino, tras este arreón, se relajaron un poco y lo pagaron caro.
Si la banda izquierda del Valencia tuvo un rato brillante, la derecha tuvo otro para olvidar. Sousa, pasada la media hora de partido, se fue como quiso de su marcador y, en el 34', puso un centro al corazón del área para que alguien lo rematase.
Ese alguien fue Javi García-Noblejas, hoy titular después de mucho, mucho tiempo sin ir siquiera convocado. Y allí, completamente solo por un fallo de marca de Diakhaby, puso el pie para empujar a gol con el interior el esférico.
El tanto hizo tambalearse al Valencia, pero al filo del descanso aparecieron, por este orden, Parejo, Gameiro y el VAR para igualar el partido. La jugada fue caótica, y comenzó con una pérdida del Sporting por culpa del colegiado.
El balón pegó en Undiano Mallenco, lo robó el Valencia y la jugada continuó hasta que Parejo, desde la frontal, soltó un zapatazo que se estrelló en el travesaño de Dani.
El balón rebotó hacia abajo y luego hacia fuera, donde Gameiro lo cazó con la cabeza y lo alojó en el fondo de las redes. El asistente de Undiano tenía el banderín levantado, pero el veterano colegiado navarro dejó seguir la jugada.
El VAR entonces actuó. Revisó primero si Gameiro estaba o no en posición legal en el momento del disparo de Parejo, y luego si el rebote de éste había entrado o no por completo tras la línea de gol.
Y como no hay tecnología de la línea de gol, y la toma no era del todo concluyente, el VAR, que se estrenaba de este modo en la Copa del Rey, validó el gol y se lo dio al delantero francés.
Fue todo lo que hizo Gameiro en El Molinón. Dos desmarques y un gol validado por el VAR. Porque en el segundo tiempo, con el Valencia necesitado de un triunfo, Marcelino le sacrificó a diez del final para dar entrada a Cheryshev.
No fue hasta entonces cuando el Valencia demostró qué equipo era el de superior categoría. Porque no fue hasta el gol de Blackman en el 79', tras entrar al partido en el 78', cuando a los de Marcelino les entraron las prisas.
El segundo tiempo pasó lento, perezoso, lastrado por los cambios. El Sporting era mejor, mucho mejor que el Valencia, y estaba haciendo méritos para ganar el encuentro. Álvaro Jiménez fue un tormento para Gayà, y sólo en el 71' el Valencia pareció reaccionar.
Fue un espejismo. Kang In Lee, un juvenil que actuó como un veterano arengando a sus compañeros en momentos de necesidad, tuvo la más clara del Valencia, pero parecía cuestión de tiempo que el gol sportinguista llegase.
Y llegó, al minuto de agotar sus cambios el Sporting. Blackman se tiró con todo a rematar un córner y contactó con el balón para desesperación de un Jaume que no podía comprender cómo había llegado el balón tan fácil al corazón del área, a media altura, sin que ningún compañero lo despejase o molestase en el remate al rival.
El gol espoleó al Valencia, pero en los diez minutos que le restaban al encuentro apenas pudo más que ponerle ganas, quemar las naves y tratar de maquillar un mal resultado.
Eso sí, que nadie celebre nada todavía en Gijón. El gol de Gameiro, en colaboración con Parejo y el VAR, deja al Valencia a un cortísimo 1-0 de los cuartos. No fue un buen partido del conjunto 'che', pero pudo ser peor. Muchísimo peor, de hecho.