El cruce de octavos de final de la Champions enfrenta a dos ex campeones en horas bajas, ávidos de recuperar el trono que no supieron mantener cuando lo alcanzaron hacé más de una década.
Curiosamente, tras la irrupción de Mourinho en el fútbol internacional en el banquillo del Oporto aplastando al Mónaco en la final de 2004, emergió la figura de Rafa Benítez en el Liverpool.
Aunque acabó la Premier League en quinta posición, el técnico madrileño se coronó en Turquía, venciendo en una agónica tanda de penaltis al Milan que quedó como una de las grandes remontadas del deporte.
Sin embargo, como sucedió con Mourinho, Benítez perdió su trono la temporada siguiente, cayendo, además, en 2007 a manos del mismo conjunto italiano al que venció, ansioso por tomarse la revancha, en la final de Atenas.
Más allá de la dificultad de mantenerse en el olimpo del fútbol europeo, ni Oporto ni Liverpool supieron gestionar su triunfo para tejer una dinastía en los años posteriores.
A la salida del técnico portugués rumbo al Chelsea, el Oporto fue desmantelado por su histórica política económica, surtiendo de estrellas a los demás equipos del continente.
Desde Deco, Carvalho y Pepe, hasta los Hulk, James, Mangala, Jackson Martínez, Andre Silva, Danilo y compañía, el club portugués vende todo lo que despunta a precio de oro.
Aunque el Liverpool trató de reforzarse tras alzar la Champions, los fichajes no tuvieron el impacto deseado y, poco a poco, el equipo inglés fue perdiendo fuelle a nivel europeo.
Pepe Reina, Peter Crouch, Momo Sissoko, Boudewijn Zenden y Mark Gonzalez no fueron suficientes para que Rafa Benítez edificase sobre la gloria cosechada en Turquía.
Ahora, 13 años después de la última Champions 'red', Klopp trata de construir un equipo campeón a lomos de Salah, mientras que el Oporto sigue luchando por reinventarse cada mercado.