Este Barça no termina de despertar del todo. El cuadro azulgrana lleva sumido en un sueño desde el fatídico 5 de agosto del 2021, día en el que el barcelonismo lloró el adiós de Leo Messi.
La salida del argentino fue un golpe muy duro tanto para la afición como para el club y se está viendo los efectos de su marcha. El equipo no encuentra la tecla ni tampoco los entrenadores.
Koeman estuvo demasiado conformista con lo que había y tras una serie de patinazos, el club prescindió de sus servicios. Fue entonces cuando Laporta fichó a Xavi para intentar cambiar el rumbo.
El catalán intentó sacar lo mejor de la plantilla, pero llegaron los fracasos. El primero fue al quedar eliminado en la fase de grupos de la Champions. El 0-0 ante el Benfica y la derrota frente al Bayern llevó al fatal desenlace.
La Europa League quedó como vía de escape, mientras que las cosas en LaLiga no salían. El Madrid era el líder y estaba a un mundo. Fue entonces cuando la Supercopa y la Copa del Rey entraron a escena como bálsamo.
Pues bien, el Barça ofreció una gran imagen frente al Madrid en las 'semis' pero fue eliminado en la prórroga (2-3). Otro golpe más para un equipo que una semana después se llevó otro en el torneo del 'k.o.'.
El Athletic complicó mucho la vida al cuadro azulgrana y lo eliminó en octavos de final con un doblete de Muniain y un gol de Íñigo Martínez. Ni Ferran, ni Pedri, ni De Jong...
La sombra de Messi es alargada al igual que puede ser la de Dembélé, al que ya le lanzaron un ultimátum. Ni el pobre Ansu Fati, al que todos rezaban, ha sido capaz de esquivar las lesiones. Otra más y muscular, lo que complica más la vida a Xavi y los suyos.
Ahora, el objetivo no es otro que clasificar para la próxima edición de la Champions vía Liga. Los 'culés' son sextos con 32 puntos, uno por debajo del Atleti, que es el que marca la cuarta posición. Otra opción es ganar la Europa League y avanzar directamente a la fase de grupos.