Solo había tres estadios en Primera División en los que no se conocía la derrota. El Municipal de Vallecas era uno de ellos, hasta este domingo, cuando el Athletic Club logró tomarlo al asalto.
No perdía el Rayo en su casa desde hacía siete meses. Desde que en la ida del 'play off' de ascenso a Primera cayera ante el Girona. Desde entonces, toda una primera vuelta en la élite sin caer. Ocho victorias, dos empates y ninguna derrota.
Hasta este domingo. Hasta que el Athletic, que hizo más que el Rayo por ganar y, sobre todo, lo hizo mejor, profanó el templo franjirrojo.
Ahora bien, el primer aviso lo dio el Rayo, por medio de Falcao. Pero fue un espejismo. El Athletic, lleno de bajas y saturado de fútbol por la Copa y la Supercopa, estuvo muy firme, incluso dominador, logrando sacudirse la presión del Rayo, y sometiéndole en varias fases del partido.
El encuentro, muy igualado dentro de los roles que Rayo y Athletic habían aceptado, fue pobre en ocasiones de gol, pero cuando estas llegaban, lo hacían en tromba.
Así, tras una buena, buenísima llegada del Rayo, firmada por Trejo, llegó el gol del Athletic, en el 30', en un contragolpe que finalizó Nico Serrano, quien jugaba su primer partido liguero como titular con el primer equipo, con tanta sangre fría como buena fortuna.
Salió a la contra el Athletic, condujo Berenguer, abrió para Raúl García, quien centró el balón de vuelta al propio Berenguer, y este no tuvo mejor idea que tratar de rematar de chilena. Huelga decir que no pasó de eso, de un intento, pero tuvo suerte, y el esférico le cayó a Nico Serrano.
Este, bastante solo, pudo haberle pegado de primeras, pero tuvo la calma necesaria para controlar, preparar el tiro y sacar un zapatazo dirigido donde Luca Zidane no podía llegar.
No hubo mucho más que reseñar hasta el descanso, y tras este fue el Athletic el que tuvo la primera, apenas unos segundos después de sacar de centro.
Fue mejor el Athletic durante gran parte del segundo tiempo, durante el cual los 'leones' merodearon la sentencia, con el Rayo confundido, sin saber cómo contrarrestar el fútbol de su rival.
Tardó mucho, quizá demasiado, el Rayo en hacerse con la iniciativa en el juego en esta segunda parte, pero cuando lo hizo convirtió el partido en un asedio.
El Athletic hizo los pertinentes cambios defensivos, apretó los dientes y se preparó para sufrir. Y vaya si lo hizo. Pero aguantó. Aguantaron como 'leones' las embestidas de un Rayo que se negaba a creer que su excelente racha como local fuera a terminar así.
Y lo hizo. Un chispazo más brillante que el resto, en un partido más bien gris de todos, sirvió para que el Athletic continuara de dulce y se llevara, el primero en toda la temporada, los tres puntos de Vallecas.