No hay día tranquilo para el Manchester United. Aunque Ole Gunnar Solskjaer planteó un once de absolutas circunstancias con todo visto para sentencia, los 'red devils' acabaron cayendo contra un Astana que mostró más voluntad en un encuentro rocambolesco.
Con diez debutantes, el conjunto británico parecía tenerlo todo controlado a los diez minutos con un gol de Jesse Lingard. El atacante saltó al césped con el brazalete de capitán y tiró del carro con un zapatazo desde la frontal del área para poner a los suyos por delante.
Lo tróspido llegó en la segunda parte, porque el United pasó de la sentencia a la caída en unos minutos. Los 'red devils' están gafados y se demostró con la acción que hizo que los aficionados del gigante de la Premier se llevaran las manos a la cabeza.
En el minuto 54, Gomes asistía dentro del área tras recortar al portero. Aunque Lingard no llegó, el balón llegó a parar a Chong para empujar a puerta vacía y en el área pequeña. Pero el extremo puso mal el pie y chutó a las nubes.
Y sin tiempo para respirar, al minuto, Shomko se sacó un zurdazo entro del área que fue a parar al fondo de la portería. 1-1 en el 55' que en el 62' se convertía en el 2-1, gol en propia puerta de Di'shon Bernard.
Una derrota que hurga en la herida de un Manchester United que afrontaba el duelo con calma y con la clasificación prácticamente asegurada. El Astana está eliminado de la Europa League y es colista, pero la alegría no se la quita nadie.