Pasan cuatro años entre un Mundial y otro, pero hay cosas que no cambian. Como lo bien que le sienta a algunos jugadores disputar una gran cita. Hay a quien le puede la presión, pero al guardameta azteca le sienta de maravilla. Sus nueve paradas para frenar a Alemania lo dejaron claro.
Hasta el pitido final del encuentro entre sudamericanos y europeos, nadie había hecho más intervenciones entre los tres palos que él. Todo el país se volcó con sus ídolos: Chucky Lozano, autor del tanto del triunfo; el seleccionador, Osorio; el eterno capitán, Rafa Márquez. Pero el 'Memo' es casi una deidad para ellos.
Dejar a la campeonato sin anotar, pese a que acabó acosando la meta mexicana en la segunda mitad, es todo un logro. Ochoa, eso sí, ya tenía en su currículo una actuación muy similar. Ocurrió en Brasil ante la anfitriona en un choque memorable y que le valió para dar el salto a LaLiga.
Aquel día, en la fresca Fortaleza, rindió tributo al nombre de la ciudad. Fueron menos paradas, seis, pero algunas de ellas espectaculares y casi imposibles. Aquel cabezazo de Neymar está aún fresco en la memoria.
En lo que piensa Neymar cuando ve a Memo Ochoa... pic.twitter.com/V6D5OX5Odb
— SoyReferee (@SoyReferee) 29 de octubre de 2016
Aquella fue una de las tres intervenciones sensacionales del por entonces meta del Ajaccio. Con el pecho y con un puño completó su festival ante la 'cananrinha'.
De ese vuelo al que protagonizó a los 38 minutos ante Kroos, cuando una falta deliciosa, que parecía entrar, la desvió lo justo para que el larguero hiciera el resto del trabajo. Una de esas soberbias y actuaciones felinas.
Ya empezó el segundo tiempo del #MexicoVsAlemania, pero no sin antes mostrar el atajadón de Memo Ochoa a un disparo de Kroos. Desde diferentes ángulos, @yosoy8a ¡Paradón de 10! pic.twitter.com/2kccjumyqP
— EL NORTE (@elnorte) 17 de junio de 2018
Desde Jorge Campos, ningún arquero azteca enlazaba dos Mundiales consecutivos bajo la portería. Desde Tomaszewski, entre 1974 y 1978, nadie dejaba su meta intacta frente a Brasil y Alemania.
Guillermo Ochoa, que siempre tendrá una espina por ese humillante 0-7 que Chile le endosó el 19 de junio de 2016, sigue demostrando que los escaparates más exigentes son los que mejor sacan de él.