Con los resultados de los dos partidos, y por reglamento, a Olimpia, que dirige el argentino Pablo Lavallén, y Real España, de Héctor Vargas, de la misma nacionalidad, les basta un empate para sellar su pase a la final.
En Tegucigalpa, en un clásico nacional y una "final anticipada" para muchos, Olimpia, último campeón, se puso por delante en el minuto 22 por medio de Michael Chirinos, pero el paraguayo Roberto Moreira, dos minutos más tarde y de cabeza, hizo el gol del empate para Motagua, que tiene como timonel al argentino Hernán Medina.
El juego fue de mucho roce y fuerza, por lo que el árbitro, Said Martínez, mostró al menos nueve cartulinas de amonestación. Ambos equipos son los de mayor afición del país y los que más títulos han logrado.
En el minuto 33, el árbitro le anuló un gol de cabeza al colombiano Yustin Arboleda, por considerar que cometió falta contra el portero de Motagua, Marlon Licona, lo que aparentemente no hubo, y derivó en reclamos airados de los jugadores de Olimpia.
Desde el minuto 73 Motagua jugó con diez hombres por la expulsión de uno de sus jugadores.
El nivel del juego decayó en la segunda parte por la marcación que ejercieron ambos clubes, que intentaban hacer daño al contragolpe.
En el partido de vuelta, el domingo, Motagua está obligado a ganar para asegurar su pase a la final.
El miércoles, Real España, ratificó la buena racha en el torneo y derrotó por 2-0 Marathón, en un clásico local de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras.
Marathón, con el uruguayo Manolo Keosseián como técnico, está obligado a ganar el sábado al menos por 3-0 para sellar su pase también a la final.