Rionegro llegó a Manizales con una idea clara. Se encontró con la bendición del primer gol a los cinco minutos de juego y se dispuso a aguantar el resto del tiempo.
Pero el tanto de Fernández no iba a ser suficiente. Cuando se llevaban 25 minutos Ovelar mandó un testarazo al fondo de la red para poner el empate de Once Caldas en el marcador.
La presión era constante por parte del cuadro local, pero entre las ocasiones que marraban y la actuación de Bejarano todos los esfuerzos resultaban inútiles.
Durante la segunda parte, con Once Caldas volcado en ataque, Rionegro también dispuso de ocasiones al contragolpe, pero no consiguió decantar la balanza de su lado.