La clave la tenía Ontiveros. Es un jugón como pocos de Primera División. No obstante, el marbellí, que fue una de las sorpresas en el once de la SD Huesca, no estuvo fino y acertado a lo largo del encuentro, pero sí impetuoso e incisivo para seguir intentándolo. Nunca se rindió y al final le salió su jugada de toda la vida para decantar un encuentro clave para el conjunto altoaragonés.
Ontiveros dedicó a su abuela el gol y un triunfo que da vida a Míchel en el banquillo de El Alcoraz. Ya no es colista el conjunto altoaragonés, que ya conoce la victoria. Ha hecho falta llegar casi a Navidad para ello, pero no solo de resultados vive el fútbol, pues la SD Huesca ha jugado muy bien hasta el momento, incluso en Granada la semana pasada, donde desperdició una renta de dos goles. Le fallaban detalles pequeños, pero importantes.
Esos errores típicos de un equipo 'novato' en la categoría han desaparecido este sábado ante el Alavés. La SD Huesca dominó en todo momento, buscó el gol... y al final, de tanto ir a la fuente con el cántaro, se acabó rompiendo. Y lo mejor de todo, dejó su portería a cero, algo que no conseguía desde el pasado 3 de octubre en el Martínez Valero, en el empate a cero ante el Elche.
Y ello, en parte, se debió a la inoperancia del Alavés, que se centró en defender y en desesperar a su rival. Cuando juegas a eso, pasa lo que pasa. Machín no acabó nada contento con el rendimiento de los suyos, que atrás estuvieron seguros en líneas generales, pero arriba no generaron nada de nada. Precisamente el día en que el once fue más ofensivo, con la entrada de Édgar por el sancionado Battaglia, el equipo atacó menos que nunca.
Ni Lucas Pérez, ni Joselu... Pronto, la SD Huesca comenzó a llevar el partido por el camino que le gusta, el de jugar al fútbol y crear. Mikel Rico cabeceó fuera a los tan solo siete minutos. La primera clara para un equipo altoaragonés que demostró una perseverancia encomiable y que le aupan hasta la decimonovena posición del campeonato, a dos puntos de salir del descenso. El Alavés, todo lo contrario, a tres del pozo.
Desde el principio, Ontiveros fue un quebradero de cabeza para los vitorianos. El extremo tiró siempre de su habitual jugada, ya repetida mil y una veces, pero que siempre la efectúa para acabar disparando. La repitió mucho a lo largo del encuentro, y tuvo el premio en el minuto 66, cuando su equipo parecía bajar los brazos por la imposibilidad de romper la muralla 'babazorra'. Disparo cruzado al palo largo de Pacheco.
Tras el paso por vestuarios, Okazaki, la otra novedad en el once, vio cómo le anulaban un tanto a la contra por fuera de juego de Ferreiro. La polémica llegaría en el 60', cuando Ely anotó con una media tijera monumental, pero Melero López anuló dicha acción por estar llamándole la atención a un par de jugadores en el área. Una jugada que, de valer, lo hubiera cambiado todo.
La historia de este choque, sin embargo, la marcó Ontiveros y su magia. La SD Huesca vive su día más feliz de esta temporada, y es gracias al ex del Málaga CF. Ya llueve menos por El Alcoraz, y las tormentas se trasladan a Mendizorroza, donde el Alavés tendrá que cambiar la imagen vista en tierras altoaragonesas. El descenso acecha y no hay tiempo que perder.