No pudo ser. Se escapó la victoria para poco tanto para Osasuna como para Valladolid. Pero, por eso, siempre es mejor aplicar el dicho futbolístico que dice: "Cuando no puedas ganar, empata". Y así fue en El Sadar en un choque de alto voltaje.
El descenso se mantiene a seis puntos en el caso de los rojillos y a tres para los blanquivioletas. Osasuna imprimió su habitual intensidad de inicio como local, pero nunca terminó de doblegar a un Valladolid serio y sin fisuras en zona defensiva.
Arrasate recuperó su doble punta de ataque, con Calleri y Budimir, aunque la suerte no les acompañó. En el minuto 36, un remate del argentino en el corazón del área pasó por debajo de las piernas del croata, que estaba en fuera de juego, y el gol quedó anulado.
Osasuna dominó la posesión de la primera parte, se mostró cómodo con ella y buscó a Kike Barja, de los mejores últimamente, en la banda. Por el otro lado, Weissman monopolizó los ataques del Valladolid, escasos hasta el descanso.
El pánico por el descenso marcó una primera parte sosa. El partido se animó tras el intermedio, cuando el Valladolid dio un paso adelante al estar más obligado a ganar para prolongar las buenas sensaciones de la última victoria en el José Zorrilla.
Durante un cuarto de hora, el Pucela tuvo ocasiones de todos los colores: desde un zurdazo de Óscar Plano hasta dos disparos claros de Orellana en el área y un derechazo de Roque Mesa que rozó la escuadra de Sergio Herrera. Un arreón signficativo que, sin embargo, no encontró premio.
Reaccionó Osasuna a ese asedio y rondó el área de Roberto en un par de llegadas importantes. Joaquín pudo desequilibrar con el 0-1 en el minuto 87 con un cabezazo alto, pero la igualdad se mantuvo hasta el final. Un 0-0 que deja todo abierto por el descenso.