Pacheta ha cumplido su palabra. Al ser presentado el 14 de enero, el entrenador burgalés aseguró que la afición de la SD Huesca iba a "estar orgullosa" de su equipo. Y lo ha conseguido, al margen de lo que ocurra al final de la temporada.
Esta SD Huesca sabe lo que se hace. Con Pacheta, el conjunto altoaragonés ha conseguido juntar el buen juego y los cimientos que ya tenía con Michel en el banquillo con más mordiente arriba (gran culpa de Rafa Mir), mayor intensidad, fe y una mejor imagen defensiva.
Y eso no surge de la nada, se logra a base de trabajo. La plantilla está con su técnico y, al fin, duerme fuera del descenso. Con esta victoria, adelanta a un Elche que se va de vacío en puntos y se lleva un mal sabor de boca de El Alcoraz, donde no ha dado lo que debía para acercarse a la permanencia.
Porque esta era una auténtica final por el descenso. La SD Huesca era consciente de ello tras ganar al Levante la semana pasada en el Ciutat de València y dio un golpe encima de la mesa. Desde el principio, ya que en el minuto 3 se adelantó por mediación de Rafa Mir en un centro impecable de Ferreiro.
La respuesta del Elche llegó pronto, en una jugada aislada y desafortunada al mismo tiempo para Vavro, que empujó sin querer a su propia portería un gran centro de Barragán tras pillar desprevenida a la defensa. Un inicio loco e incontrolado que precedió a la calma que transmitió la SD Huesca con el dominio de la posesión.
A partir del primer cuarto de hora, la SD Huesca mejoró y obligó a Édgar, que no tuvo su día, a intervenir en un par de buenas ocasiones. En el 21', Mojica derribó a Pedro López en un buen centro de Sandro, aunque la jugada fue anulada posteriormente por Alberola Rojas, merced al aviso del VAR, por un planchazo del canario sobre Barragán.
Parecía que podía ser un punto de inflexión ese momento, pero la SD Huesca insistió y encontró el premio con la presión en el minuto 30, después de que Sandro le robara la cartera a Fidel y sacara un buen disparo, potente pero sin demasiada colocación. Édgar reaccionó tarde y no despejó tras el bote. Un error grave tras muchas grandes intervenciones esta temporada.
Con el 2-1, el Elche se mostró activo, con ganas de remontar, pero sin mordiente. El conjunto de Escribá estuvo inoperante en zona de tres cuartos de campo, hasta llegar al territorio de Andrés Fernández, que salvó en el segundo tiempo un gran misil a balón parado de Lucas Boyé. La SD Huesca dio un paso atrás, pero no lo notó en exceso.
Para más inri ilicitano, Carrillo, a los pocos minutos de sustituir a Pere Milla, se fue lesionado y tuvo que salir Nino. Rafa Mir finiquitó el choque en el 88' desde el punto de penalti y se confirmó como el máximo goleador histórico del cuadro azulgrana. Un 3-1 de Pacheta a 'su' Elche, sin aroma de venganza, con cariño y un suspiro de alivio por la salvación.