El padre de Son, acusado de 'bullying', asegura que cambiará sus métodos

La gran reputación que tiene Son Heung-min en el mundo del fútbol, tanto en Europa como en Asia, está quedando dañada en los últimos tiempos por la forma de proceder de su padre en la academia que el jugador internacional tiene en Corea del Sur. Hace unos días se supo que habían acusado a Son Woong-jung, progenitor del futbolista del Tottenham, de haber ejercido presunto maltrato físico y psicológico sobre los jóvenes que se están formando en la escuela que la familia lleva en Chuncheon. Ahora, Woong-jung ha explicado que tratará de cambiar sus métodos de trabajo en el futuro para evitar que este tipo de sucesos se desencadenen.
"La Academia de Fútbol SON en general y yo en particular hemos pedido perdón a las víctimas y hemos trabajado para resolver este asunto de forma amigable", explicó el padre de Son Heung-min en declaraciones que recoge 'The Guardian'. "De todos modos, estamos esperando a la resolución legal de esta situación, pues muchos de los hechos de los que me acusan difieren de lo que ocurrió. En mi defensa, puedo confirmar que ninguna de las acciones o palabras de mis entrenadores tuvieron como base algo diferente del amor por nuestros estudiantes", continuó Woong-jung.
"Sé que mis métodos quizás son algo anticuados y no se han adaptado a los nuevos tiempos y trataré de buscar otras formas de ayudar a los jóvenes futbolistas a concentrarse y poner el foco en trabajar", dijo al respecto.
Aunque los castigos físicos puedan parecer un tabú de otro siglo, en Corea del Sur han estado vigentes hasta hace relativamente poco y, de hecho, Seúl solo los prohibió en las escuelas en 2010 y para ver una restricción similar en el ámbito privado hubo que esperar 11 años más. Actualmente, los padres ya no toleran que sus hijos sean castigados con violencia por sus profesores o entrenadores en escuelas o academias.
En lo relativo al padre de Son, siempre tuvo fama de ser duro con el jugador. El propio futbolista de los 'spurs' reconoció en una entrevista que, cuando era joven, planeaba largas sesiones de 4 horas dando toques sin que el balón cayera para que mejorara su técnica. Woong-jung trató de imponer una mecánica de trabajo similar a esta en la academia de la familia y el resultado no solo no ha sido óptimo, sino que ha terminado por costarle una denuncia.