En una Copa Asia en la que parecía que el protagonismo iba a ser para la Japón de Kubo y su odisea sorteando a los candidatos más fieros en búsqueda del campeonato, Palestina y Siria han regalado una fase de grupos para la historia. La primera ganó a Hong-Kong por 0-3 en su último partido previo a las eliminatorias en la que ha sido la primera victoria de sus registros en esta competición. La segunda accedió a octavos, algo que jamás había logrado antes.
Los sirios vencieron por la mínima a India unas horas antes del otro gran momento de lo que va de torneo. Su combinado nacional ya tiene el boleto para la siguiente ronda porque, según el formato, se concede a los cuatro mejores terceros -hay seis grupos-. Como China ya tiene menos puntos, su grupo ha terminado y, en el resto, no existe combinación posible para desbancar a Siria, su gente puede celebrar que, el 31 de enero, se verá las caras con Irán por estar en cuartos de final.
El caso palestino es más complicado porque sí que está la opción de que alguna concatenación de marcadores en lo que queda de jornada final deje a sus representantes fuera, pero sería de lo más descabellado. Indonesia, Bahrein y Omán son los aspirantes a amargarles el fin de mes y no cuentan con demasiados enteros para conseguirlo. Los indonesios, sin ir más lejos, se enfrentarán a Japón, que, dicho sea de paso, se vio sorprendida por Irak en su segundo compromiso.
Las victorias de Palestina y Siria suponen un grito al cielo de sus pueblos, masacrados por guerras injustas que están rasgando sus estructuras más básicas y dejando a sus ciudadanos sin hogar. El conflicto con Israel es el que más espacio está ocupando en los medios últimamente por una ofensiva que apunta a ser definitiva en contra de los palestinos. Los sirios, entretanto, continúan en el foco del sinsentido bélico ante la inoperancia de los organismos internacionales, la venia de las potencias democráticas y el olvido de la prensa, que da su dolor por rutinario.
January 23, 2024