Vuelves de una cena o de un partido con los colegas, y abres tu app de referencia -mejor si es la nuestra- para ver cómo han quedado los partidos del día... La reacción será similar si te gusta esto del fútbol. Pestañeas, te frotas los ojos y te preguntas qué leches, con perdón, ha pasado con Italia.
Porque Italia sólo se había perdido un Mundial en toda la historia, dos si contamos la ausencia en el de Uruguay, que fue por problemas institucionales y no deportivos. Simplemente se negaron a ir. Ha ganado cuatro, ha disputado seis finales y ha sido protagonista en tantos otros que casi forma parte del torneo. El contexto del fracaso lo hace aún más demoledor.
Es el Mundial de Mussolini, la exhibición de Rossi en el 82, el penalti de Baggio en el 94, el atraco de Corea en 2002; es el éxtasis de Grosso o la provocación de Materazzi a Zidane, Cannavaro levantando la Copa del Mundo e hincando la rodilla con estrépito apenas cuatro años después.
Su única mancha estuvo en el de Suecia (1958). Irlanda del Norte dejaba fuera a la doble campeona del mundo por aquel entonces. Pero aquella historia no se volvería a repetir. 14 Mundiales después y dos nuevas estrellas más cosidas al pecho, Italia afrontaba, mira qué cosas tiene el destino, una repesca ante Suecia, la anfitriona del único Mundial al que no pudo clasificar.
Y los fantasmas de un equipo sin estilo, desventurado por un entrenador al que le vino grande un translatlántico como el que intentó manejar, aparecieron para abocarles a un desastre histórico en San Siro, ante un público aterrado por lo que se le viene encima. ¿Cómo se vive un Mundial sin Italia? Es una respuesta para la que un padre no está preparado, porque no sabe cómo responder. Sólo algunos abuelos, mayores de 70 años si querían entender lo que se vivió en 1958, pueden contestar a semejante duda.
Dos generaciones de italianos, o amantes al fútbol en general, desconocen lo que es vivir un Mundial sin esa Italia que siempre es favorita, a la que todos han temido, la que tantas veces ha defraudado y la que tanto ha ganado. Ese rival insufrible en cuartos, con esa manera de ganarte cuando menos te lo esperas... ese ser Italia que tanto rédito le ha dado históricamente en citas como esta.
El Mundial se queda huérfano y padres e hijos comprenderán lo que es afrontar un Mundial sin Italia. Según contaba mi abuelo, Pelé se bastó para hacer olvidar la ausencia de la 'Azzurra' en un Mundial apoteósico del brasileño. En Rusia, no faltarán alicientes entre las jóvenes estrellas que llegan y las que afrontan su última oportunidad antes de apagarse.
Como se apagó ayer Buffon. Entre lágrimas, consciente de que fue triste protagonista de la segunda mancha negra en la historia de una de las selecciones más grandes de siempre. Él, que tanto le ha dado a Italia y al fútbol, no se merecía una noche así. Porque un día será abuelo y espera no tener que contestar a la pregunta que tantos y tantos niños se hicieron esta noche: ¿cómo es un Mundial sin Italia?