Tropezar dos veces con la misma piedra es algo propio del ser humano. Pep Guardiola, pese a ser un extraterrestre de los banquillos, lo hizo el año pasado frente a los Wolves. Los seis puntos de sus enfrentamientos cara a cara volaron y el de Santpedor no quería repetir errores del pasado.
Y vaya si no lo hizo. La piedra era la misma, pero el Manchester City decidió destrozarla a golpes para evitar males mayores y arrasó en el Molineux Stadium por 1-3 al conjunto de Nuno.
Desde el silbatazo inicial solo existió un equipo sobre el césped. El cuadro de Guardiola, siempre protagonista, dominó a su antojo un esférico que los Adama Traoré y compañía casi ni pudieron catar durante los primeros 45 minutos.
La posesión, por momentos cercana al 80%, no se tradujo desde el inicio en ocasiones, pero pronto De Bruyne, Sterling y Foden hicieron que el toque de balón se materializase en peligro... y gol.
El primero de ellos, eso sí, llegó desde el punto de penalti después de que Saiss derribase al astro belga cuando este se internaba en el área por el costado derecho. De Bruyne asumió la responsabilidad y con un disparo duro y colocado puso el 0-1.
El tanto, lejos de hacer reaccionar a los Wolves, hizo que los pupilos de Pep olieran sangre y, cual tiburón, el cuadro mancuniano atosigó a su rival hasta que llegó el 0-2, obra de un Foden que aprovechó un pase de la muerte de Sterling. La jugada nació, menuda sorpresa, en los pies de un De Bruyne que sigue demostrando ser un 'Top 3' mundial actualmente.
Con 0-2 (pudo ser 0-3 si Kevin acierta en el 44' ante Rui Patrício), el duelo llegó a un descanso que debía servir a los Wolves para recargar pilas y cambiar sus ideas de cara a una posible remontada en la segunda parte.
Esa vuelta al marcador casi utópica parecía tornarse en posible en los primeros compases de la segunda parte, ya que Podence y Rúben Neves pudieron acortar distancias con dos buenas ocasiones. Eso sí, Gabriel Jesus pudo poner justo antes el 0-3, pero no aprovechó una magnífica contra dirigida por el de siempre: KDB.
Los dos avisos sentaron bastante mal a un City que comenzó a perder el esférico con facilidad y el físico empezaba a mermar a un cuadro de Guardiola que se libró del 1-2 tras dos fallos clamorosos del propio Podence y de Raúl Jiménez.
Adama Traoré comenzaba a hacer diabluras por la banda derecha, pero las mismas eran replicadas por el '17' del Manchester City, omnipresente e imparable cada vez que agarraba el espacio y pisaba el campo rival.
Todo parecía encaminado a un final plácido para el City, pero Podence, el mejor de los Wolves este lunes, se inventó un caño brutal sobre el propio De Bruyne y su centro medido fue rematado por Raúl Jiménez al fondo de la red en el 78'.
El gol puso emoción, pero Guardiola de inmediato le puso cloroformo al choque dando entrada a Ferran Torres, que debutó con el conjunto mancuniano y vivió sobre el campo el postrero 1-3 de Gabriel Jesus en el 95' y la que, tras el pitido final, fue la primera victoria en esta Premier League de un Manchester City que quiere volver a reinar en Inglaterra.