Pelé fallece a los 82 años

Una nueva estrella brilla en el cielo del fútbol. Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé, ha fallecido cuando tenía 82 años. El fútbol llora la marcha de uno de los jugadores más grandes de la historia.
Deja huérfano Pelé a todo un país, a todo un deporte. Considerado como el mejor brasileño de toda la historia, compite entre los grandes del fútbol con Diego Armando Maradona, Alfredo di Stéfano, Leo Messi o Cristiano Ronaldo.
La leyenda nacida en Três Coraçoes ha dejado de latir. El cielo se encapota en otro día fatídico para el fútbol. En los últimos días, a través de la prensa brasileña, se deslizó el empeoramiento de su salud. Estuvo un tiempo en cuidados paliativos hasta que los médicos no pudieron hacer más por él. Ya no respondía a la quimioterapia y su metástasis en el intestino, en el pulmón y en el hígado resultaron ser fatales.
Hablar de Pelé es hacerlo del mejor jugador en la historia de los Mundiales. Comenzó a jugar profesionalmente a los 15 años y se convirtió en una auténtica leyenda en Santos, en su Brasil natal.
A los 17 años, debutó en un Mundial y llevó a Brasil a conseguir la primera de las cinco estrellas. Fue Pelé, además, el mejor jugador de esa 'Canarinha' campeona en Suecia 1958.
Sus registros en este campeonato son indiscutibles, Acuñó 12 goles en 14 enfrentamientos. Repartió su calidad entre las ediciones de 1958, 1962, 1966 y 1970. De sus botas nacieron muchos de los relatos legendarios que aúpan, ahora, a los hombres de Tite en búsqueda de un nuevo título, el más codiciado de todos.
Las cifras de Pelé en Mundiales no se tradujeron solo en una prematura medalla con tan solo 17 años. En la última edición que disputó, se erigió en el cómo y el porqué de que la 'Canarinha' accediera a la final y de que la ganara por 4-1. Él anotó uno de los tantos y, además, dio dos asistencias.
Casi toda la carrera de Pelé se desarrolló en Santos, en cuyas categorías inferiores empezó a destacar muy pronto. Se le transmitió, desde el cuerpo técnico sénior, que debía mejorar su físico porque era muy delgado. Obedeció. Poco a poco, se convirtió en una bestia física temible para sus rivales.
Con un compromiso implacable y una calidad indiscutible, encadenó temporada tras temporadas con el club de sus amores sumando títulos nacionales -seis Ligas Brasileñas- e internacionales -dos Copas Libertadores, dos Copa Intercontinentales...-. Era extraño verle bajar de los alrededor de 30 goles por curso y tan solo redujo su rendimiento en los últimos años de su carrera.
Entonces, se aventuró a los Estados Unidos para vivir un ocaso futbolístico de la mano del New York Cosmos, con el que ganó una Liga de Norteamérica. A estos años de bonanza habría que añadir, quizás, otras actuaciones que llevó a cabo con la Selección de Sao Paulo, el Sindicato de Atletas de Sao Paulo o la Selección de Armada y Guarda Costas.
Es por etapas como esta que no deja de haber debate con cuántos goles marcó en total Pelé a lo largo de su vida balompédica. Al fin y al cabo, es un referente del deporte rey y goleadores de todo el planeta quieren saber qué registros deben alcanzar para dejarle atrás, pero hablar sobre dónde dejó la marca suele resultar en ríos de tinta y argumentos.
En los últimos años de su vida, Pelé se adaptó a las mil maravillas al mundo digital y a las redes sociales para dar a conocer su opinión sobre la actualidad del fútbol o apoyar a sus compatriotas. Un ejemplo es cómo se pronunció para defender a Vinicius tras las numerosas críticas que desató por sus celebraciones bailando.
Esto le hizo más cercano a los aficionados, que hasta pudieron leer de él incluso cuando ya estaba ingresado, muy grave, en el hospital. Lejos de ser una figura legendaria lejana, siempre quiso mantener y agradecer el cariño de sus seguidores. Les tranquilizó incluso cuando había menos esperanzas de que mejorara.
Pero no solo hablaba él: se hablaba sobre él. En las últimas semanas, adquirieron especial notoriedad unas declaraciones de ex jugadores argentinos relatando cómo era tenerle enfrente en el campo. En una época de mucha dureza sobre el césped, quizá con menos técnica pero más rudeza, se le reconocía como toda una bestia.
"Físicamente, Pelé era un monstruo. Aparte, técnicamente, Pelé era un muchacho... Era Tyson", rememoraba sobre él Basile. Bilardo apostillaba: "Pelé era bravo. Era durísimo". "Es una pantera", ensalzaba Menotti. El 'Loco' Gatti le analizó así: "El único jugador que daba miedo".