Peñarol-Nacional, un clásico que puede decidir un campeonato

La victoria sería especialmente lucrativa para el Peñarol, que con el Apertura ya en sus vitrinas se alzaría automáticamente con el título del Campeonato uruguayo si se impone en el Clausura sin necesidad de jugar las finales, dado que, además, también comanda con tranquilidad la tabla anual.

Para el Nacional, por contra, supondría contar con la posibilidad de pujar por el Clausura hasta la última fecha y aspirar al título del Campeonato en las eliminatorias finales.

Además, mantendría vivo el sueño de conseguir el doblete con el trofeo de la competición local y el de la Copa Libertadores, en la que el jueves empató 1-1 en la ida de los cuartos de final ante el Boca Juniors en Montevideo.

Sin embargo, no hay que olvidar que el segundo en la clasificación es el Plaza Colonia, ascendido a Primera División esta temporada y a sólo un punto del líder Peñarol, y que se medirá, también el domingo, con el Sud América, sexto con 18 puntos.

El Peñarol acude al clásico tras una semana tranquila asentada en la cómoda victoria por 0-3 ante el River Plate de la pasada jornada, en el que fue el segundo partido consecutivo que el delantero Diego Forlán comenzó en el banquillo.

Por contra, para un trámite de la entidad del clásico, el técnico del Peñarol, Jorge da Silva, pondrá en liza a Forlán desde el comienzo, a tenor de los ensayos de esta semana.

La única duda que maneja 'el Polilla' Da Silva es si al ex del Atlético de Madrid y Villarreal lo acompañará el juvenil Diego Rossi o el colombiano Miguel Murillo, que en el encuentro ante el River salió desde el banquillo y anotó dos goles.

Mayores son los problemas del técnico del Nacional, Gustavo Munúa, que el jueves perdió a su jugador más decisivo, el delantero Nicolás López, que tuvo que abandonar el terreno de juego a los 30 minutos ante Boca con una tendinitis en la rodilla derecha y está descartado para el clásico del domingo.

Otro atacante, Kevin Ramírez, se resintió de sus aductores en el compromiso de Libertadores, en el que pidió el cambio antes del final y su alineación ante el Peñarol es una incógnita. Al igual que lo es la del volante Santiago Romero, con molestias en los gemelos.

El clásico se disputará en el Estadio Centenario de Montevideo pese a las gestiones del equipo anfitrión para alojarlo en su nuevo campo, el Campeón del Siglo, que aún habrá de pulir detalles de seguridad para acoger encuentros de esta entidad.

En lo que a seguridad se refiere, será el primer clásico en la historia del fútbol uruguayo que se dispute solo con vigilancia privada dentro del estadio.

La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) pondrá 90 guardias de seguridad privada en el interior del recinto, mientras que el Peñarol y el Nacional aportarán unos 100 funcionarios adicionales, para unos 55.000 aficionados que acudirán al recinto.

Las fuerzas de seguridad del Estado se encargarán del acceso al recinto y desplegarán entre 700 y 1.000 efectivos policiales, que podrán ingresar al interior del estadio si fuese necesario.