La alegría de ganar al eterno rival es doble si se trata de un duelo en el que hay un título de por medio. Y más si es europeo. Después de varios años sin poder hacerlo, los rojiblancos doblegaron a los blancos en una competición del Viejo Continente.
Algo que no era nada fácil, ya que el Madrid llevaba 18 seguidos sin perder una final internacional, desde que lo hiciera con Boca en el año 2000. Algo que han conseguido romper los pupilos del Cholo.
En un partido donde los 'merengues' tuvieron opciones para sentenciar el encuentro, el Atlético creyó y logró darle la vuelta al resultado. Una victoria que llena de ilusión a la afición rojiblanca.
Todavía más después de las decepciones en las finales de Champions de Lisboa y Milan, donde su eterno rival consiguió hacerse con los dos trofeos.