Reino Unido aspira a ser una de las organizadoras del Mundial 2030, pero la pésima imagen dada en la final de la Eurocopa 2020 podría lastrar su candidatura.
A estas alturas, a nueve años de la cita, hay varias candidaturas sobre la mesa de la FIFA. Tres han sido confirmadas: las de Argentina-Uruguay-Paraguay-Chile, la de Marruecos y la de España-Portugal.
Pero hay más en el tablero de diseño, como una conjunta entre España, Portugal y Marruecos, la que quieren organizar Bulgaria, Gracia, Rumanía y Serbia, u otras más exóticas como la de China, Japón y las dos Coreas.
Entre estas no confirmadas está también la de Reino Unido e Irlanda, un Mundial en las Islas Británicas. Tendría sentido que la edición del centenario se disputara en la misma sede que el primer Mundial, pero que lo haga en el país en el que nació el fútbol no es mala opción.
De hecho, si se confirmase esta candidatura británica, tendría muchas papeletas para ser elegida, por la rotación continental: la cita de 2026 será en Norteamérica, y parece poco probable que la FIFA elija a una candidatura sudamericana.
Sin embargo, los sucesos de Wembley del pasado domingo han empañado esta candidatura antes incluso de que eche a rodar de forma oficial. Porque hubo de todo, y nada bueno.
Hubo peleas, hubo agresiones, también agresiones sexuales, robos, asaltos, y, para colmo, se rompió la seguridad de acceso. Y todo ello, no lo olvidemos, con una pandemia vírica de por medio.
El diario 'The Sun' ha hecho inventario de todos los desagradables incidentes ocurridos el domingo. "Un 'steward' fue amenazado con un cuchillo, una mujer sufrió una agresión sexual grave y un niño llorando traumatizado por el impactante asalto a Wembley", relató el rotativo inglés.
Nadie duda de que Inglaterra pueda albergar, de forma conjunta con Escocia, Gales, Irlanda del Norte y la República de Irlanda, un gran evento como es un Mundial, pero lo ocurrido en la final de la Eurocopa 2020 pone en tela de juicio su capacidad para contener a los 'hooligans'.