Esta es la historia de un gol con final feliz y enfado incluido. Con un epílogo inesperado y que puso un asterisco a la gran sonrisa del equipo que lo logró. Hablamos del 2-0 ante el Hertha: lo que iba para gran acción individual acabó con tremendo mosqueo.
Sucede que el el equipo berlinés, que ganaba 1-0 ante el Bayer Leverkusen, un complicado rival, montó una rápida contra que acabó con pase a la frontal del área para Piatek. El ex del Milan, que tenía a dos defensores delante, se quitó a los dos de encima cambiando de ritmo.
Ya dentro del área, tumbó al portero con una finta. A pesar de que un defensa aún hizo un último esfuerzo para llegar casi a despejar dentro del área pequeña, con potencia el polaco se llevó la bola, se zafó del defensa y se encontró solo para empujar a gol. No obstante, se le fue un poco largo el control y Lukebakio, que andaba por ahí acompañando la jugada, empujó sobre la línea.
Piatek, enfadado, le hizo un gesto a su compañero y pidió a los demás que lo felicitaran a él, que para eso él había sido el artífice de la gran jugada. Un gol muy suerralista, sin duda.