La grave lesión sufrida por Gerard Piqué el pasado sábado ya es cosa del pasado para el central azulgrana. Este jueves se supo que Piqué va a optar por no operarse y, desde el mismo día, el central empezó a tratarse en la rodilla lesionada.
'AS' confirmó que ya ese día dio inicio a las infiltraciones de factores de crecimiento, una medida cada vez más en uso y que podría obrar el milagro con su rodilla derecha.
En principio, Piqué estará cuatro meses fuera, por lo que aún podría llegar para concluir la temporada con el equipo en la fase más importante de la temporada. Su idea es acortar ese período, pero, dada su edad, conviene que el central azulgrana no quiera ir más rápido de la cuenta.
El tratamiento consiste en enriquecer la propia sangre del jugador después de una centrifugación para dejar únicamente plaquetas y plasma. Luego, se inyecta en la zona afectada para regenerar lo antes posible el tejido dañado.
El objetivo del tratamiento es reforzar al máximo el ligamento lateral interno, que permitirá estabilizar la rodilla sin la ayuda del cruzado anterior, insistió el citado medio. En caso de que no se cumplan estos objetivos, Piqué tendrá que pasar sí o sí por el quirófano.
Aunque el doctor Cugat ha apoyado esta decisión y supervisará el tratamiento, advirtió a Piqué de lo arriesgado del tratamiento, por lo que el central sabe que tendrá que poner mucho de su parte para recuperarse con éxito de la lesión más importante de su carrera.