La Real Sociedad está en los octavos de final de la Copa del Rey. Lo está tras un día de duro trabajo en Butarque, donde el Leganés presentó una batalla entretenida y aguerrida desde el principio hasta el final. Los de Mehdi Nafti se vieron condenados por un pisotón de Javi Rubio a Oyarzabal cuando las espadas estaban en todo lo alto.
El duelo estaba 2-2 después de un doblete de Juan Muñoz que había empezado a construirse cuando el luminoso lucía un 0-2 seco cuando el lateral pisó al internacional en el área de Iván Villar. La infracción no fue una exagerada, pero sí clara, así que Mateu Lahoz no se lo pensó dos veces y señaló el punto fatídico.
El propio Oyarzabal se encargó de transformar el disparo abajo a la derecha, justo el lado contrario del que utilizó Villar para su estirada. Su diana les habría venido mejor a los 'txuri-urdines' de haber tenido lugar más tarde, pues el margen de reacción que quedaba en cronómetro antojó un término de partido alocado.
Que la Real Sociedad hubiera de sufrir tanto antes de certifica su victoria es justo para con la garra que le puso al partido el Leganés. Los 'pepineros', lejos de plantear un escenario en el que se vieran desplazados a jugar a la contra y poco más, lucharon no solo por ganarles a los de Imanol Alguacil, sino por ser mejores que ellos.
El problema, que esto era imposible. La diferencia de calidad entre uno y otro plantel se notaba mucho, sobre todo en acciones divididas en las que, mientras a los madrileños les costaba bastante hacer avanzar la bola aunque terminaran consiguiéndolo, eran los de San Sebastián los que se bastaban de unos pocos toques para plantarse con peligro ante Iván Villar.
Esta sensación es la que dominó el duelo en sus primeros compases, en los que, aunque el tono principal era de igualdad y diversión porque los dos bandos disponían de oportunidades y mostraban sus cartas, los donostiarras cuminaban. A los nueve minutos, Isak abrió la lata. A los 43, Oyarzabal dobló la ventaja.
Primero, el delantero sueco recogió un cuero en largo de Januzaj aprovechando que la defensa 'pepinera' se descosía fruto de su valiente propuesta y superó a Iván Villar con una 'delicatessen', una vaselina de mucho nivel. Después, para frustar a un Lega que jugaba bien, Oyarzabal se deshizo de Bustinza y de Javi Rubio de un control orientado en el área y definió con clase ante Villar.
Apoyado en esta ventaja, el conjunto de Imanol intentó darle sentido a la segunda mitad con más pausa y un dominio tibio. Lo consiguió, pero los de Mehdi Nafti siguieron picando cuando podían y, curiosamente, es de esta manera como encontraron más efectividad. Sobre todo, gracias a la figura de Juan Muñoz.
Amortiguando con la frente un centro de Randjelovic al segundo palo y soltando un latigazo preciso desde la frontal, igualó la situación y regaló a espectadores fieles y neutrales un tramo final de duelo muy divertido. Entonces, llegó aquel penalti de Javi Rubio a Oyarzabal, el gol de Mikel y el triunfo de la Real, que ya fuera más por el pisotón y menos por su mayor nivel o menos por el pisotón y más por su mayor nivel, eliminó al Leganés de la Copa del Rey.