Hace solo unos meses, no más de tres, Dusan Vlahovic era el ídolo de la afición de la Fiorentina. Y no era para menos, ya que llevaba un par de temporadas con cifras goleadoras más que considerables.
Pero sus grandes números y sus actuaciones le hicieron ser objeto de deseo de los grandes. Y en el pasado mercado invernal, la Juventus pagó 75 millones de euros por el delantero serbio para sacarlo de la escuadra 'viola'.
El destino quiso que solo unas semanas después de cambiar de camiseta, Fiore y Juve se vieran las caras. Fue en la ida de las semifinales de la Coppa Italia y, para colmo, el primer encuentro se disputaría en el Artemio Franchi.
La rivalidad entre ambos equipos ya era notoria antes de este fichaje. Pero la vuelta de Vlahovic, que se empeñó en salir en enero, aumentó el ambiente tenso de un estadio que le dedicó una sonora pitada a su salida al campo. De hecho, se habían repartido 10.000 silbatos entre los aficionados para el 'cariñoso' recibimiento al serbio.