En primer lugar, el árbitro gallego pitó penalti por mano de Christian. Embarba lanzó una falta directa que golpeó en el jugador rival, por lo que no dudó ni un instante en señalar la pena máxima.
Sin embargo, David Pérez Pallas llamó al cuerpo médico del Oviedo para que atiendiesen a Christian por un pelotazo en la cara. Algo contradictorio cuando anteriormente había señalado penalti por mano.
Al final, Óscar Trejo fue el encargado de materializar la pena máxima, poniendo el 2-2 definitivo en el marcador.
12 de enero de 2018