Un centenar de aficionados sevillistas acudió a Ipurua a alentar a los suyos en la previa de la vuelta de la semifinales de Copa del Rey. Además, era la primera oportunidad para ver los últimos fichajes del mercado invernal.
Los seguidores del conjunto hispalenses no acabaron muy satisfechos con el rendimiento de sus jugadores tras la goleada encajada (5-1). Tras el pitido final abucheron al equipo y mostraron su descontento.
Es la tercera goleada que encaja el Sevilla en las últimas ocho jornadas y la segunda con Montella en el banquillo. La semifinal de Copa deberá servir como bálsamo para la irregularidad que está mostrando el equipo esta campaña.