Nunca digas "de este agua no beberé". Un dicho que Mauricio Pochettino ha aprendido al pie de la letra. Y es que en 2018 hizo unas declaraciones en las que aseguró que bajo ningún concepto entrenaría al Barcelona, algo que, apenas dos años después, ha cambiado por completo.
"Nunca voy a ser entrenador del Barcelona, Arsenal o Rosario Central porque estoy muy ligado a Espanyol y Tottenham. También he crecido en Newell's -rival clásico de Central- y nunca entrenaré a Rosario. Prefiero trabajar en mi granja de Argentina que ir a entrenar a ciertos clubes", reconoció en enero de 2018, todavía como 'spur'.
Pero ahora Pochettino se encuentra sin equipo desde el 19 de noviembre de 2019 y los rumores sobre su llegada al Camp Nou para ocupar el puesto de Quique Setién no dejan de sonar, unos rumores que han hecho cambiar de parecer al argentino.
Así mismo lo ha reconocido el ex entrenador del Tottenham en unas declaraciones concedidas a 'El País': "Hay que explicarlo bien. Estuve en Barcelona ese año y me encontré con Bartomeu en un bar. Nos saludamos porque llevábamos los hijos al mismo colegio y estuvimos cinco minutos de cháchara. Eso generó un rumor que hizo saltar alarmas porque había más equipos que nos querían, y cuando me preguntaron quise zanjarlo de forma drástica; no quise faltar al respeto al Barcelona".
"Se pueden decir las cosas de forma diferente. El Espanyol me ha hecho un nombre. Pero no soy arrogante y no me gustó hacer una declaración como esa. Quizá ahora no lo haría porque en la vida nunca se sabe qué pasará", explicó el argentino.
"Cambiamos la mentalidad del fútbol inglés"
Además, Pochettino también tuvo tiempo de hablar de su estilo al frente del Tottenham en la Premier: "No era la forma de presionar, sino cómo jugábamos desde atrás, con ataque posicional, recuperar el balón alto y atacar rápido. Fue un cambio de mentalidad y se vio que los ingleses podían hacerlo. Creo que junto con Brendan Rodgers cambiamos un poco la mentalidad del fútbol inglés. Y la llegada de Pep después cimentó y asentó todo porque hoy en día, en cualquier cantera del mundo, lo que predomina es la capacidad de ese juego asociativo y posicional que ha invadido el fútbol mundial".
Finalmente, habló sobre el trato que hay que tener con los jugadores en el vestuario: "Al jugador se le gana con lo que haces, no con lo que dices .Sí que llegamos a Dele Alli, a Kane... Pero también a Lloris, que tras ganar con Francia, me dejó la Copa del mundo en mi despacho mientras estuve en el Tottenham. Disfrutaba entrenando y esa es la tecla que tienes que tocar. No es incompatible tener grandes jugadores con llevar un trato humano".