La historia de la victoria del Nápoles ante el Udinese fue la historia del golazo de Politano. Con un golazo sobre la bocina, dejó los tres puntos en casa y amargó a un rival que había plantado cara durante todo el choque. Desató la euforia con su zurriagazo.
Salieron algo más avispados los visitantes. Llegaban con bastante peligro y ponían en apuros a Ospina, que no pudo evitar que De Paul le batiera poco después de que se cumplieran los 20 minutos de juego. Tocaba dar un paso atrás para defender el resultado que no funcionó.
Nueve minutos aguantaron. Milik, gracias a un gran pase de Fabián, puso las tablas alrededor de a la media hora de encuentro. Su diana dio comienzo al tramo de mayor igualdad del choque, pues, con todo de vuelta a la situación inicial, podía ganar cualquiera.
En la segunda mitad, el Nápoles tiró de disparos lejanos para ir minando la moral contraria. Ninguna de las intentonas servía gracias a que la zaga estaba seria y ponía las bases de sus ataques, que no eran nada desdeñables. Bastantes faltas y cambios aderezaban la pelea por el triunfo.
Estas interrupciones, a la postre, facilitaron que ganaran los 'azzurri', pues hubo que añadir cinco minutos que Politano aprovechó al filo de la navaja. Recibió la bola de Hysaj y le limpió las telarañas a la portería de Musso, que no pudo hacer nada para evitar la derrota.