La llegada al Inter de Christian Eriksen fue uno de los movimientos más importantes que deparó el mercado invernal en Europa. El danés abandonó el Tottenham por cerca de 20 millones de euros y, de este modo, los 'spurs' se aseguraron cobrar algo dinero por un futbolista que acababa contrato y había mostrado su deseo de irse.
El mediapunta analizó en la 'BBC' su marcha del club londinense: "Después de lo que dije en verano, todo el mundo preguntaba cuándo me iba a ir. Así que mis últimos meses en Inglaterra fueron movidos. La gente me veía por la calle y me decía: 'Gracias, adiós y buena suerte".
Eriksen aseguró que todo lo sucedido desde la final de la Champions no le afectó demasiado, aunque sí le hizo adaptarse a un día a día diferente. "No me afectó. Cuando te queda poco de contrato, es como si te tuvieras que ir enseguida. No era un jugador distinto, pero no tenía continuidad. Cuando tienes un contrato corto, porque te queda poco tiempo para que se acabe, eres la oveja negra", recalcó el ya futbolista del Inter.
"Fui muy honesto, sentí que tenía que serlo y no quería esconderme como hacen otros jugadores. Leí que era mala persona. Desde que dije que quería irme ya no era bueno", lamentó el internacional danés, que dejó ver el gran poder que Daniel Levy tiene en el futuro de sus jugadores: "Él dice "sí" o "no" e intentas ser lo más profesional posible y no forzar".
Para concluir, el 'nerazzurro' tuvo palabras de agradecimiento a José Mourinho, su técnico en los últimos meses en Inglaterra: "Podría haber dicho: 'Quiere irse, así que no va a jugar más'. No hizo eso. Me dijo que fuera feliz y que si era necesario jugaría. No era titular, pero sí que tuve opciones".