La respuesta es bastante sencilla: por agarre. Las palmas de los guantes de portero están hechas, por lo general, de látex, y éste agarra mejor el cuero del balón si está algo húmedo.
Ahora bien, eso no quita que sea desagradable, ni es lo mejor para el guante. La saliva es sorprendentemente nociva para el látex natural, que es el que suelen llevar los guantes de alta gama. Aunque claro, destrozar los guantes es lo que menos importa a los Alisson, Ter Stegen, Oblak y compañía.
Hay mil formas más de hidratar las palmas de los guantes durante un partido. Por ejemplo, posándolas sobre el césped, siempre y cuando esté húmedo, claro.
Por otro lado, un exceso de agua es contraproducente para el agarre del látex. Una palma de látex natural (o con alto porcentaje natural) completamente seca puede fallar a la hora de agarrar un balón, pero una natural empapada es aún peor.
Por eso hay palmas para los días de lluvia. Palmas hechas con otra composición de látex que evita empaparse y resultar inservible. A cambio, su durabilidad en ambientes poco húmedos tiende a cero.
Un símil fácilmente entendible para muchos lo encontramos en los neumáticos de los bólidos de Fórmula 1: usar ruedas de seco cuando llueve es una temeridad, y usar las de mojado cuando la pista se ha secado provocará su destrucción en muy pocas vueltas.
Esa costumbre de utilizar nuestro esputo para humedecer las palmas de los guantes se ve hasta en el ámbito más amateur. En las ligas de empresa o incluso en las 'pachangas' entre colegas lo vemos. Y se hace por manía.
La razón es simple. Los guantes de gama baja son de látex artificial, una fina capa de espuma que tiene un agarre limitado, una durabilidad a la abrasión moderada y una absoluta indiferencia al agua, salvo que estemos hablando de un día de lluvia, por ejemplo.
Y ni siquiera ése es el mejor guante para jugar en los campos de césped artificial, salvo que estemos dispuestos a gastar cinco pares por temporada. Los guantes con palmas para terreno duro nos garantizan gran durabilidad a cambio de sacrificar prácticamente el 100% del agarre.
Eso sí, si usted es portero, recuerde esta sencilla ecuación: palma para terreno duro más lluvia igual a fracaso. Si en seco (o ligeramente húmedos) los guantes de terreno duro agarran poco, lloviendo únicamente protegerán nuestras manos contra el impacto del balón, y serán más estorbo que ayuda.
Moraleja: no escupáis en vuestros guantes, es de mal gusto, malo para el látex, y a día de hoy la tecnología de los principales fabricantes de equipamiento para porteros hace que ese extra de humedad sea completamente prescindible.
Que lo hagan tus ídolos no lo convierte en una costumbre a imitar.