China es la segunda potencia mundial tras Estados Unidos y, a pesar de que está apostando fuertemente por el fútbol en los últimos años, solo ha participado en un Mundial.
El gobierno chino ha repartido escuelas de élite de fútbol por todo el país y ha sacado a concurso-oposición 300 plazas de entrenador para extranjeros cualificados.
Esos técnicos tendrán que contar en su equipo de trabajo con tres entrenadores chinos para enseñarles sus métodos con el objetivo de ir adoptando conceptos y dar un salto de calidad.
Y es que China ha intentado, sin éxito, clasificarse al Mundial durante los últimos años. De las 21 ediciones que se han disputado, solo lo logró para el de Corea y Japón, en 2002.
En su afán por conseguir su objetivo, ha fichado a entrenadores europeos como Lippi, campeón del mundo, Cannavaro, Perrin y Gutendorf.
También contrató a Camacho, actual seleccionador de Gabón. Cuando el español dirigía a la Selección China, el presidente de la Federación, Xie Yalong, le presentó una cuestión.
"¿Podría darme una razón por la que Uruguay, con menos de cuatro millones de habitantes, fue campeón del mundo y China, con más de 1.300 millones, no logra sacar a 23 futbolistas capaces de llevarnos a un Mundial?", le preguntó.
Y la respuesta de Camacho fue magistral: "Porque en Uruguay usted hace un bote neutral y antes de que la pelota toque el suelo ya están los futbolistas metiendo el pie. Y aquí el balón bota cuatro veces antes de que un jugador intente patear el balón..."