Solo llevamos 16 días de 2022, pero ya tenemos el primer aspirante a la mayor cantada del año. Su protagonista, muy a su pesar, fue Tim Coremans, portero del Sparta Rotterdam, en el encuentro ante el Cambuur Leeuwarden de la jornada 19 de la Eredivisie.
A los 33 minutos de la primera parte, los locales se adelantarían en una jugada que no suele verse en campos de fútbol profesional. Todo empezó con un centro desde la izquierda al que, aparentemente, se había anticipado bien el meta.
Coremans se adelantó al rematador y saltó a por la pelota, pero se giró conforme bajaba del salto y, al posarse en el césped, se le escapó la pelota. Esta, llorando, fue acercándose a una línea de gol que acabó sobrepasando.
El delantero del Cambuur, que ya había dado por perdido el balón, casi ni se percató hasta que la pelota cruzó la línea pese al intento desesperado de Coremans por redimirse de su grosero error. El Sparta Rotterdam pidió una falta que ni existió ni le concedieron.