La Copa del Rey a un partido tiene estas cosas. Llegas como líder de la Liga, el que menos ha fallado en lo que va de temporada, y te vas eliminado a las primeras de cambio.
El Cornellà maniató a un Atlético de Madrid que presentó un once con solo dos canteranos y con hombres como Joao Félix, Saúl, Vitolo o Giménez. Vamos, que por nombres no fue.
Adrián adelantó pronto a los catalanes y el miedo de que pudiera repetirse el fracaso de León apareció en un Atlético que tardó en reaccionar y que vio cómo Giménez se lesionaba.
El resto de la primera mitad tuvo alternativas. Saúl envió al larguero la más clara de los rojiblancos, pero también el Cornellà perdonó un resultado más abultado al contragolpe.
Los locales no renunciaron a atacar pese a disponer de la ventaja. Joao Félix no aparecía, Vitolo y Saúl decepcionaban... Total, que casi se veía más a San Román que a Ramón.
Tras el descanso, las cosas se complicaron aún más para el intocable líder liguero. Ricard, uno de los dos canteranos que alineó el Cholo, vio la segunda amarilla por dejarle la pierna en un balón dividido al meta local y el Cornellà empezó a estar más cerca de la sentencia que el Atlético del empate.
El paso de los minutos echó atrás a los catalanes, que ya solo se dedicaron a defender su exigua renta aun estando con uno más. Apareció a última hora la calidad de Correa, que no encontró el gol con un precioso centro-chut de milagro con el encuentro casi cumplido.
No hubo tiempo para mucho más y los rojiblancos vuelven a quedar fuera a las primeras de cambio de una competición en la que han perdido el duende. El regalo de Reyes le cayó al Cornellà y el carbón, al Atlético.