Un marcador engañoso en un partido que dominó con suficiencia el Chelsea. Solo la relajación final permitió al Burnley marcharse con un sabor agridulce en un choque que evidenció el buen momento de Pulisic.
Y es que este partido no tuvo otro protagonista que Pulisic. Hizo un 'hat trick' perfecto. Un gol con la izquierda, otro con la derecha y otro con la cabeza. Y eso que todavía no había marcado con la camiseta del Chelsea.
A los 21 minutos se estrenó como 'blue', aunque en esta ocasión con la camiseta blanca. Él se guisó el 0-1 y él se lo comió. Robó en zona de tres cuartos, avanzó, se metió en el área y, tras una bicicleta, batió a Nick Pope con un disparo cruzado.
Se notaba con el picorcito Pulisic, que antes de llegar al descanso ya había puesto el segundo en su casillero. Esta vez fue Willian el que recuperó, pero Pulisic el que marcó en una nueva demostración de recursos.
Dice el dicho popular que no hay dos sin tres, y Pulisic cumplió. Redondeó su gran noche con un cabezazo en el que sentenció el encuentro a pase de Mount. No hubo hombre más feliz en Turf Moor que el norteamericano.
Willian se quiso sumar a la fiesta. Fue la puntilla a un Burnley que tiró de honor para marcar dos goles en solo tres minutos. Jay Rodríguez y McNeill permitieron al conjunto local marcharse con media sonrisa en la cara.