El portero 'escarlata' fue la gran figura del encuentro. Quizás podría pujar en el trono con Mender García, pero el hecho de no llevarse el botín, poéticamente, le da más puntos al meta.
El América apenas compareció con ambición durante unos minutos. Al inicio del choque, con un par de buenos acercamientos, y tras el 1-0 de los de Manizales.
A los 18', Londoño adelantó a los suyos con un golazo que sorprendió a Cadavid. Luego entendimos que sólo con un derechazo con globo y que diese en el palo se podía superar al portero visitante.
Sin embargo, un minuto después llegó la igualada. Vergara hizo su primer tanto con el América, al aprovechar un balón que pasó por dos peinadas para que el '25' acabase el trabajo.
Desde ese momento, el cuadro 'escarlata' pareció renunciar a nada más. El 1-1 era un buen resultado, sí, pero aún quedaba más de una hora de fútbol por delante.
Recital de Cadavid
En esta crónica no diferenciaremos tanto entre el primer y el segundo tiempo como entre el a.C. y el d.C. Todo lo relatado fue antes del recital de Cadavid. Y ahora llega el después de Cadavid.
Guzmán y Mender, antes del descanso, comenzaron a dar alas al portero del América, que respondió con solvencia ante ambas ocasiones. Pero en el segundo acto llegó su apogeo.
Cadavid sacó un balón envenenado tras rechace que iba a alejarse en la escuadra. Una 'volada' así suele subir la confianza de un cancerbero hasta puntos inimaginables. Y eso ocurrió.
Once Caldas seguía con un monólogo del que no podía escapar el conjunto visitante. Un América que se salvó del 2-1 en el 70' gracias a una palomita estética y efectiva de nuestro protagonista. Carreazo, unos segundos más tarde, siguió subiendo la puntuación del meta 'escarlata' con otro intento fallido.
Todo tiene un límite
Cadavid se quedó a dos minutos de salirse con la suya de Palogrande. Pero todo tiene un límite, incluso la magia de los guantes de un portero en un día como este.
En el 88', Mender aprovechó un pase de la muerte de Guzmán para batir a un Cadavid vendido por los suyos una vez más.
El 2-1 le da una mínima renta a un Once Caldas que, si tiene una vuelta en la que pensar (y el América con la que soñar), sea cosa de un mismo hombre.