Marcus Rashford, de un perfil serio y maduro, sorprendió a los aficionados del Manchester United a mediados de enero, cuando, después de marcar en un empate 2-2 contra el Tottenham Hotspur, viajó a Belfast para irse de fiesta, durante dos días seguidos, con un amigo de Irlanda del Norte. La juerga se alargó más de lo previsto, así que, como no estaba en condiciones de entrenar de cara al partido contra el Newport County en la FA Cup, llamó al club para avisar de que estaba enfermo.
Erik ten Hag acabó sabiendo lo que había pasado, al igual que la prensa británica, que asegura que apenas se hablan desde entonces. Más en concreto, es el tabloide 'The Sun' el que sacó esta información a la luz. Aunque el estratega, en sus ruedas de prensa, ha mostrado una postura de perdón y de haber pasado página, parece que, entre bambalinas, no se dirige demasiado la palabra con uno de sus capitanes.
Si es cierto, el neerlandés no está permitiendo que influya en sus decisiones a pie de campo, pues le alineó como titular contra los Wolves, el West Ham United, el Aston Villa, el Luton Town y el Fulham en los compromisos más recientes de su equipo en la Premier League. Frente a los 'lobos', de hecho, se trataba de su primera comparecencia sobre el césped tras la polémica y acalló a sus críticos con un gol.
En las cuatro postreras citas, en cambio, se ha quedado con las ganas de marcar y, aun así, su entrenador ha seguido confiando en él. Con tan solo 5 dianas en 31 partidos esta temporada, el canterano está sufriendo una venida a menos en una trayectoria que, en la campaña pasada -30 tantos en 56 actuaciones-, apuntaba a continuar en ascenso en connivencia con el paso adelante del United en la Champions League.