Y es que el colegiado interpretó que el jugador había repelido la agresión del seguidor, algo que está penalizado por el reglamento. Gudea sí que trató de evitar el golpeo del ultra, pero la seguridad le apartó rápidamente del aficionado.
El árbitro, sin embargo, no tuvo compasión del futbolista, que además de recibir un puñetazo tuvo que ver cómo era expulsado por el árbitro del choque.