El Real Madrid no solo se sostiene con la primera línea de Carlo Ancelotti, la de más calidad, sino también con un fondo de armario repleto de jugadores que asumen un rol secundario y rinden cuando deben. De hecho, a nivel de minutaje, la única posible irascibilidad de esta temporada ha pivotado sobre Luka Modric, cuyo rendimiento ha ido en caída, máxime si se sitúa en paralelo con el de Toni Kroos, lo que ha empujado a las alineaciones 'merengues' a borrar su nombre muchos fines de semana, al menos del once inicial.
Su homólogo alemán renovará si él quiere: la puerta del despacho de Florentino Pérez está abierta. Ocurre lo mismo con Nacho Fernández, que responde a ese perfil de jugador sacrificado a quien no le importa entrar solo cuando se le necesita de urgencia. Y, poco a poco, Lucas Vázquez se está acercando a formar parte de esta remesa de ampliaciones, sobre todo después de las buenas sensaciones que ha emanado tras las lesiones de David Alaba, Éder Militao o Antonio Rüdiger, entre otros.
'Relevo' asegura que los jefes de Concha Espina piensan cada vez más en ponerle sobre la mesa una campaña más de compromiso al gallego, que lleva formando parte de la plantilla ininterrumpidamente desde su cesión en el Espanyol por el curso 14-15, cuando solo tenía 23 años. A su regreso, realizó varios amagos de asalto a una titularidad que siempre se le ha resistido y que, ahora, disfruta por la plaga de lesiones que condiciona los planes de su entrenador.
De momento, Lucas no ha tomado una decisión al respecto. En parte, le gustaría explorar sus opciones para los últimos momentos de su carrera. Ya cuenta 32 primaveras y sería plato de buen gusto vivir unas postrimerías de su trayectoria en las que sentirse importante. De todos modos, también sería atractivo retirarse en el Santiago Bernabéu como uno de esos profesionales que, sin ser de primerísima línea, siempre han servido al bien 'merengue'.