Si el Valencia tiene arreglo, no termina de encontrar la solución. El equipo de Prandelli no pudo con un Granada que firmó un valioso empate que le sirve más moral que clasificatoriamente.
Mestalla despidió con una pitada monumental a un Valencia que sigue sin despertar este año y empeza a coquetear más de la cuenta con la zona baja de la clasificación. Esta vez fue incapaz de superar al peor equipo de la Liga, un Granada que sólo con estar bien armado atrás, fue capaz de marcarle y de generarle problemas al cuadro de Prandelli.
El técnico italiano sigue sin dar con la tecla. Tampoco tiene gol. Entre los 'kilos' de Santi Mina en la grada, la nula efectividad de Rodrigo en el campo y la desconfianza en Munir, sólo Nani salió al rescate de un equipo con más recursos virtuales que reales.
Bastó una ráfaga de Parejo para que el portugués arreglara el desastre de la primera mitad, culminado con el tanto de Carcela en una contra que volvió a evidenciar que a Diego Alves se le dan mejor los penaltis que los mano a mano.
Con toda la segunda parte por delante y la inercia del empate, el Valencia fue incapaz de doblegar a un Granada que reculaba cada vez más hacia Ochoa. El mexicano salvó en un par de ocasiones, pero la dinamita escasea en la tierra de la pólvora.
Y entre el runrun de la grada y la desesperación del equipo, se fue perdiendo el Valencia, que embotelló sin fortuna a un Granada que sigue sumando de uno en uno con Alcaraz. Bueno para la moral, pero escaso para la situación dramática que viven en la tabla.