El Rayo apunta al cielo, Íñigo llega a las estrellas

El Rayo Vallecano apunta al cielo. Sin ninguna obligación de por medio, el equipo del pueblo se cuela en la próxima edición de la Conference League. Íñigo Pérez llega a las estrellas desde la nada absoluta con un club que apuntaba a la permanencia en Primera División. La identidad de un estilo de juego le eleva al siguiente nivel pese a las lesiones, los problemas extradeportivos y la caída del que presumía ser su fichaje estelar: James Rodríguez. Meses atrás, esta realidad era inimaginable en Vallecas.
25 años después, la franja se paseará por el Viejo Continente. Y esta vez, por méritos ganados en el terreno de juego. Sin un '9' natural de confianza, el técnico navarro encontró su remedio en Jorge de Frutos. El paso al frente del segoviano es la punta de un iceberg en el que destacan Isi Palazón, Pedro Díaz, Andrei Ratiu o Augusto Batalla. Sin olvidar la regularidad que encontró en las últimas fechas Aridane Hernández. De recibir las críticas a ocupar el vacío de Abdul Mumin y cortejar a Florian Lejeune.
El Rayo Vallecano acertó dejando el legado de Andoni Iraola en manos de Íñigo Pérez. Un entrenador que muere con una idea muy clara. Ese 4-2-3-1 ya es su firma diferencial con el doble pivote, el doble lateral y la mediapunta como ejes principales que sustentan la base. Tales matices tácticos le han dejado en la séptima plaza de la clasificación con 52 puntos resumidos en trece victorias, trece empates y doce derrotas. La única pega en la percepción del de Pamplona es que cuenta más goles en contra que a favor.
La gran virtud del héroe del pueblo fue la manera en la que se antepuso a los problemas. Y no solo eso, sino la personalidad que demostró dejando fuera de sus planes a James Rodríguez. Él no quiso nombres. Deseó futbolistas dispuestos a lucir el escudo del Rayo Vallecano, no pasearlo. Para prueba de ello, la regularidad bajo palos de Augusto Batalla, el salto de calidad de Pedro Díaz o la revolución por banda de Andrei Ratiu. Un proyecto de autor que está preparado para pensar en la Conference League.
Cuando el mérito es colectivo, resulta más complejo destacar las individualidades. Pese a ello, el tramo final de curso de Jorge de Frutos merece mención aparte. Lejos de actuar por el flanco diestro, Íñigo Pérez se atrevió a brindarle la vacante del '9' con Sergio Camello lesionado, Randy Nteka en un segundo plano y Raúl de Tomás fuera de combate. Una referencia con mayor libertad de movimiento que supo exprimir sus virtudes. La clave del empate ante el Real Betis y la remontada frente al Celta.
La irrupción del segoviano no eclipsa ni mucho menos la panorámica general del Rayo Vallecano. Todos han brillado en su justa medida. Desde las paradas de Augusto Batalla hasta las carreras por banda de Andrei Ratiu. Desde la seguridad de Florian Lejeune hasta la redención de Aridane Hernández. Desde el músculo de Pathé Ciss hasta la calidad de Pedro Díaz. Europa no es casualidad en un proyecto que sigue rendido a la influencia de Isi Palazón. Ha hecho lo que tenía que hacer James Rodríguez.
Empieza a ser tradición en Vallecas juntar a Raúl de Tomás con la palabra decepción. Entre lesiones y capítulos extradeportivos, Íñigo Pérez ni ha tenido tiempo para colocar al delantero en la rueda. Un habitual del banquillo que apenas ha contado con 'chances' residuales en el transcurso general de la temporada. De hecho, solo ha sido convocado en veinte citas. Y en todo ese abanico, veinte minutos a sus espaldas. Un cuarto de hora en el 0-4 que le endosó el Espanyol en Vallecas y los cinco finales en el 3-1 de San Mamés.
Y como era de esperar, James Rodríguez tiene su espacio. El colombiano llegó al barrio como un héroe y se marchó como un mortal más. Sin marcar. Sin asistir. Sin dejar huella en su retorno a LaLiga. La tarjeta amarilla que vio ante el Leganés, lo más reseñable. Y sin convencer a un Íñigo Pérez que rompió el molde de lo establecido. No tiró de falsas promesas, sino de realidades tangibles. Las mismas con las que ha llegado a las estrellas con el Rayo Vallecano, que disputará la próxima edición de la Conference League.
Destacamos a continuación algunos de los datos franjirrojos en el curso:
-52 puntos para igualar la segunda mejor puntuación de siempre (Jémez hizo 53 en la 12-13)
-8ª posición para repetir la mejor de siempre (12-13)
-52 partidos de Íñigo Pérez para empatar con Héctor Núñez como el cuarto entrenador con más en Primera
-0 goles de penalti, el único de la campaña que no anotó así
-26 puntos en casa y fuera para ser el único con números clónicos como local y como visitante
-1ª clasificación para competición europea por méritos deportivos; las anteriores fueron por Juego Limpio y por descalificación de antecesores por 'Fair Play Financiero'
-45 goles en contra por 41 a favor para no poder romper la tónica histórica: ninguna versión del Rayo acabó ese balance en positivo
-3.326 minutos disputados por Florian Lejeune, el futbolista de campo con más en la temporada
-12 amarillas de Pathé Ciss, el cuarto con más tras las 38 jornadas