River Plate ha pasado épocas mejores. El equipo no reacciona y pierde puntos impensados. El mal juego del equipo y la poca fortuna a la hora de concretar las situaciones creadas son las principales causas de la pobre campaña en la temporada actual. Marcelo Gallardo, director técnico de la institución, se encuentra en la situación más incómoda desde que accedió al cargo.
El presente gris que padece el equipo no tiene origen en 2018, sino que se viene desarrollando desde el año pasado. Uno de los partidos que comenzaron con la caída general del rendimiento futbolístico fue el correspondiente a semifinales de Copa Conmebol Libertadores, donde Lanús lo eliminó contra todos los pronósticos.
El desmoronamiento defensivo del equipo, sumado a los fallos arbitrales, fueron determinantes para culminar con las esperanzas del millonario. El desigual uso del VAR, por parte del árbitro colombiano Wilmer Roldán, posibilitó al granate revertir el resultado y hundió a River, que desde ese momento se plantó en batalla contra los jueces deportivos.
El entrenador riverplatense se encuentra desorientado respecto al armado de su equipo titular, pero además desconfía de la dirigencia del fútbol argentino debido a los recurrentes errores arbitrales en contra de su escuadra. Los desaciertos que perjudican al 'millonario' son constantes en los últimos meses, y se pueden encontrar ejemplos claros en los partidos frente a Tigre, Atlético Tucumán, Boca Juniors, Independiente y Huracán.
Tal es el estado de alerta que se vive en Núñez, que Gallardo llegó a declarar una frase que provocó un sinfín de debates en el periodismo y la gente. Marcelo, en la pasada pretemporada en Miami, expresó con contundencia: “Que Macri haya sido presidente de Boca o Tapia sea hincha de Boca nos hace tener que estar con la guardia alta siempre”. Las especulaciones del entrenador lo llevan a defenderse reaciamente tanto del Presidente de AFA, como del Presidente de la Nación Argentina.
El encuentro de la 16ta. fecha frente a Godoy Cruz fue el que desató el enojo de los miles de hinchas presentes en el Estadio Monumental, puesto que las decisiones del colegiado Jorge Baliño inclinaron el resultado final. El empate fue en dos, y River Plate contó con la posibilidad de obtener la victoria, pero el árbitro no pitó un penal claro para el millonario y cobró un gol del tomba que tendría que haber sido sancionado con offside.
De esta manera, el periodismo y los aficionados del fútbol no dejan de hablar de la trascendencia de estos sucesos, que a medida que pasa el tiempo parecen agudizarse en contra de la ‘banda roja’.