Pero había que sumar y se hizo. Rodrigo apareció por allí y echó a la red el tiro de Fabián Ruiz, el único que se libró de la mediocridad compartida que España irradió en Estocolmo. La Seleción está en proceso, y Rodrigo le dio una vida extra con el pase a la Eurocopa.
En fútbol no sirve el 'Trust the Process' que han popularidazo los Sixers en la NBA. El fútbol va por otros derroteros. Sólo valen las victorias (¿el 'tanking, qué 'tanking'?) y la tranquilidad que ofrece el sentirse por delante en el marcador. Tachado el primer objetivo de Robert, lo que España afronta ahora es la construcción hacia algo sólido, algo tangible. Algo de verdad.
Necesita jugadores España. Tiene estrellas mundiales en Sergio Ramos, Busquets o Alba, que no estuvieron en tierras suecas. Tres jugadores que quizá no estén lejos de su crepúsculo, pero pocos como ellos cuando están con la flecha hacia arriba. ¿Se anima Isco? ¿Llega Asensio?
¿Y hay relevo? No hay un Xavi, no hay un Iniesta, no hay ni Torres ni Villas, todos estos fenómenos mundiales y leyendas a su manera, pero sí cuenta España con una generación prometedora que descansa en las botas de Ceballos, Fabián y Rodri. Asterisco para el del City, su test en el Friends Arena acabó en suspenso. Irá a las recuperaciones. Por otra parte, no se debe olvidar que la Sub 21 acaba de ser campeona.
¿Y hay una idea? Quizá sea el gran reto de Robert Moreno, encontrar la fórmula que mejor se adapte a las piezas con las que cuenta, a unos futbolistas que pudieron ponerse 0-3 con absoluta tranquilidad pero que quedaron acongojados con un par de bufidos de Suecia. Al final, final feliz. Gol de Rodrigo, billete sacado y todos contentos hasta la próxima fecha FIFA.
España empezó mejor, Suecia respondió
'La Roja' se hizo con el balón y en los primeros 20 minutos pudo resolver. Thiago se creyó Riquelme y Olsen se la rebañó; Rodri se topó con el portero a metro y medio tras un córner prolongado en el área; y Gerard Moreno, de cabeza, bordeó el estreno por la puerta grande.
El equipo de Andersson tenía muy bien estudiado a España, a la que cuando pudo bombardeó desde tres cuartos, ya fuera con centros o disparos lejanos. Y por ahí se abrieron las primeras grietas. Berg echó raíces entre Íñigo y Albiol, y por ahí aprovechaba Quaison, para ir y venir, confundir y generar sudores a sus pares.
Quaison lo intentó con un disparo tras otro de Lustig, pero fue de cabeza como casi la clava en la escuadra. Salvó De Gea a mano cambiada, y para entonces ya estaba lesionado. Impresionante vuelo sin motor que evitó un 1-0 que no tardó demasiado en producirse.
Fabián se había hecho con el control, pero no así Rodri, que no se enteró en ningún momento de la película y fue engullido por el centro del campo sueco. Tampoco echó una mano Thiago, tan esmerado en el detalle y tan poco amigo de la regularidad. Forsberg, poco antes del descanso, rozó el primero.
Entre Fabián y Rodrigo obraron el milagro
Y Suecia encontró premio a su insistencia. España no dio el pase adelante esperado o exigible a un equipo de tanto nombre y que tan buena pinta había tenido durante los 25 minutos iniciales. Quaison la puso al corazón del área y dos milagros de De Gea evitaron el 1-0, pero no hubo tercero. Berg sólo tuvo que poner el flequillo.
El gol dejó KO a España, que salvo las intentonas de Oyarzabal y el orgullo de Fabián no ofrecía argumentos para pensar en el empate. Era el minuto 80 y pico y los de Robert la tocaban en su área para desesperación y perplejidad de los interesados en el buen hacer de 'la Roja'. Pero entre Fabián y Rodrigo, ya en el añadido, cosieron y tejieron el gol, un gol que vale una Eurocopa. El camino está expedito por fin. El proceso de España debe pasar al siguiente nivel.