Era el primer año de Pep en el banquillo del Camp Nou, donde empezó con ciertas dudas, llegando a perder incluso contra el Wisla de Cracovia en la fase previa a la liguilla de la Champions.
Laporta ratificó a Guardiola y el de Santpedor fue inoculando en el Barcelona una nueva filosofía, reformulando el paradigma del juego azulgrana hasta dominar el fútbol a nivel mundial.
Dejando a un lado su paseo triunfal en LaLiga, el conjunto blaugrana campeó en la fase de grupos de la Champions con autoridad, aplastó al Olympique de Lyon y caricaturizó al Bayern de Múnich con arrogancia.
Sin embargo, el destino tenía reservado pasaje épico en Stamford Bridge, edulcorando la travesía 'culé' con un Iniestazo para la posteridad, el golpe sobre la mesa definitivo para competir henchido de confianza.
En la final, esperaba el Manchester United de Sir Alex Ferguson, campeón de la Premier League a lomos de Cristiano Ronaldo. A pesar del ímpetu inicial de los ingleses, Guardiola impuso su ley.
Primero, Eto'o; luego, Messi. Leo dejó en Roma una postal eterna, un remate inverosímil de cabeza, en el que perdió una bota, con el que certificó la tercera Champions League del Barcelona.
Aquella temporada, el 'Pep Team' consiguió el laureado sextete. Actualmente, en el conjunto azulgrana sólo 'sobreviven' cuatro héroes (Messi, Iniesta, Busquets y Piqué), que buscarán, ahora con Valverde, de nuevo la gloria en el Olímpico de Roma.