Hace 10 años, el mejor futbolista de Rusia era Andrei Arshavin. Hoy en día, ese honor recae en su portero y capitán, el controvertido e irregular Igor Akinfeev, presente también en la cita alpina de hace una década.
Sólo otro persiste. Gabulov, entonces tercer portero, hoy es el fiel escudero de Akinfeev. Ningún otro de la prelista ofrecida por Rusia para su Mundial estuvo en la Eurocopa de 2008.
Aquella Eurocopa en la que la Rusia de Ignashevich, Anyukov, Zyryanov, Arshavin y Pavlyuchenko fue tercera en Austria y Suiza, por su mejor desempeño global que la otra derrotada en semifinales, Turquía.
Nuevos nombres para una nueva era, algunos tan destacables como Fiódor Smólov, quizá el mejor futbolista de campo de Rusia del momento, Denis Cheryshev (hoy en día más por nombre que por rendimiento), Dzagoev, el veterano Samedov o un brasileño nacionalizado ruso como Mário Fernandes.
Estadísticamente, esta Selección Rusa inspira poca confianza. Está varios puntos por debajo de aquella que cayó en semifinales contra España. Y es que cuando tu mejor futbolista, por estadística, es un portero que ha sido más famoso por haber estado una década sin poder dejar su puerta a cero en Europa que por sus paradas, algo falla.
Rusia ha planificado dos amistosos antes del pistoletazo de salida. Será ante Austria y Turquía, dos selecciones sin participación en el Mundial, donde veremos el verdadero nivel de la anfitriona.
Porque ya no hay tiempo para experimentos. Los 28 convocados se quedarán en 23 en unos días. Los 23 elegidos para la gloria o el escarnio. Si Rusia no hace un papel digno ante austriacos y turcos, ¿qué hará cuando se enfrente a Uruguay, Egipto y Arabia?