Sandor Kocsis, el histórico húngaro que puso fin a su agonía desde una ventana

Kocsis, junto a Ferenc Puskas y a Zoltán Czibor, llegaron después a España para potenciar la Liga en el Real Madrid y el Barcelona. De los tres, Kocsis tuvo el peor final.

En 1966, cuando Kocsis dejó el Barcelona y abandonó el fútbol, nadie podía imaginar que el jugador que fue máximo goleador en el Mundial de 1954 (11 tantos), moriría en 1979 al caer desde una ventana con tan solo 50 años. Así acabó Kocsis, el hombre que huyó de su país durante la Revolución Húngara para buscarse una vida mejor que se truncó demasiado pronto.

Antes de aquella fatídica fecha de 1979, Kocsis dejó grandes momentos en el mundo del fútbol. Con su legendaria selección, ganó en 1952 el oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki, asaltó Wembley para humillar a Inglaterra con un 3-6 histórico y reventó junto a sus compañeros a casi todos las selecciones que se pusieron por delante en el Mundial de 1954.

Sólo Alemania, en el Estadio Wankdorf de Berna, cerró el camino a la gloria a una generación que se quedó sin premio. En 1956, disputaría con Hungría, frente a Austria, su último partido con su selección. La política le dejó sin más partidos internacionales y, tras un partido de Copa de Europa con el Honved, su equipo de siempre, decidió no volver a su país tras la invasión soviética.

Barcelona acogió a Czibor y a Kocsis y juntos formaron un equipo de leyenda junto a Ladislao Kubala y Luis Suárez. Ganaron dos Ligas y jugaron una final de la Copa de Europa en 1961 ante el Benfica. La perdieron en aquel partido en el que los palos evitaron los goles del Barcelona. Curiosamente, fue en el Estadio Wankdorf de Berna, donde también se quedaron sin Mundial. El destino le jugó una mala pasada.

Ya retirado del fútbol, después de marcar la increíble cifra de 375 goles en 404 partidos a lo largo de su carrera, enfocó su vida profesional hacia otros derroteros totalmente diferentes. Se quedó en Barcelona y abrió un bar que llevaba su propio nombre. Su carrera de entrenador no cuajó y decidió apostar por la restauración.

Sin embargo, a Kocsis no le fueron las cosas bien. Aparte de que nunca pudo superar la nostalgia de sus mejores tiempos en el mundo del fútbol, un tumor en el estómago acabó por decidir el destino de uno de los mejores goleadores de la historia con unas facultades en el arte de rematar de cabeza increíbles.

Finalmente, internado en un hospital, apareció muerto al caer desde una ventana del centro. Llevaba cuatro años aguantando su enfermedad y en el momento de su fallecimiento estaba solo en su habitación. Así acabó Kocsis, que apenas tuvo tiempo de disfrutar de una vida sin fútbol, un deporte del que fue rey del mundo durante un periodo corto de tiempo. Hungría, su selección, marcó una época. Y él, también.