Así es el fútbol. Se puede pasar del cielo al infierno en menos de un minuto. Algo así debió pensar Stefan Scepovic, que falló una ocasión de forma incomprensible y, un minuto después, llegó el gol de Pezzella que abrió el marcador.
El ariete balcánico del Getafe recibió un balón totalmente sólo en el área pequeña. Parecía más facil meterlo, que fallarlo, pero el delantero estrelló el esférico contra el cuerpo de Dani Giménez, cuando lo tenía todo de cara para marcar.
Justo un minuto después, tras una falta de Juan Cala, Joaquín botó una falta perfecta al corazón del área y Pezzella lo remató al fondo de las mallas. Ahí comenzó el infierno para el Getafe, que vio como se consumaba su descenso.