El Evergrande, que a mediados de esta semana se clasificó para la final de la Liga de Campeones asiática, estaba prácticamente celebrando el título de liga hoy, cuando ganaba por 2-1 ante el Shandong Luneng, pero un gol del visitante Wang Yongbo en el minuto 94 dejó a los locales sin respiración y aplazó el alirón.
El tropiezo del equipo de Cantón, unido a la victoria a domicilio de su más inmediato perseguidor, el Shaghai SIPG de Sven Goran Eriksson, obliga a que el ganador se decida en la última jornada, ya que los shanghaineses sólo están a dos puntos de los cantoneses.
La última jornada, el próximo sábado, promete grandes emociones, ya que el Beijing Guoan de Manzano, subcampeón la temporada pasada pero que este año ha bajado algo su rendimiento, recibirá en el Estadio de los Trabajadores de Pekín al Evergrande, y sólo una victoria visitante, algo complicado en el fortín pequinés, asegura a los de Scolari el título.
El SIPG, por su parte, jugará en casa un partido a priori sencillo contra el Liaoning Whowin, un equipo que marcha en los últimos puestos de la tabla pero que necesita puntuar y que sus rivales no lo hagan para asegurarse la permanencia.
En la última jornada se decide además una de las tres plazas que la liga china tiene en la Champions de Asia, ya que Evergrande y SIPG estarán seguro en esa competición internacional en 2016, pero Shandong Luneng y Beijing Guoan, tercer y cuarto clasificados con los mismos puntos, pelean por el puesto que queda, por lo que el equipo de Manzano también se juega mucho ante los de Scolari.
El Guangzhou Evergrande, que ganó las últimas ligas con autoridad, ha vivido este año muchas dudas en su juego, que motivaron el cese a mediados de temporada de su entonces entrenador, Fabio Cannavaro, y la contratación de 'Felipao' Scolari.